¿Saldremos del TLC?
Aunque los negociadores y asesores mexicanos han realizado en forma excelente su labor en las negociaciones para mantener a nuestro país con las ventajas del Tratado de Libre Comercio TLC/NAFTA, el factor “Trump” es un imponderable que introduce una variable no cuantificable en la negociación, ya que desde el punto de vista económico es beneficioso para los tres países, sin embargo la delegación enfrenta a un presidente deseoso de culpar a nuestro país de todos los males económicos de los gringos, incluyendo hasta el tema de las drogas, cuando se niega a reconocer que los consumidores son ellos, además deseoso de ganar el voto de esa clase media baja de Estados Unidos desempleada por su bajo nivel de preparación, que normalmente no cuenta ni con carreras técnicas y es fácilmente influenciable con ofrecimientos de trabajo o con políticas demagógicas de supuesta protección del empleo.
Por ello y al haber iniciado con bajas expectativas la cuarta ronda me lleva a concluir que la negociación tiene una alta probabilidad de que no se concluya al poner el país vecino una serie de requisitos que nuestra delegación no tiene por qué aceptar. Inclusive tanto los negociadores como sus cúpulos acompañantes han venido difundiendo reiteradamente los últimos días que el rompimiento del TLC no sería tan grave para nuestro país, inclusive soportado con estudios que indican que más del 80% de los productos mexicanos que se comercializan en el vecino país, no se verían afectados por la cancelación del tratado, al quedar amparados por los acuerdos en la Organización Mundial de Comercio y las reglas que permitirían a México ser considerado como “nación más favorecida” y el resto de los productos se verían afectos a aranceles muy bajos por lo que la afectación es menor. Si se decidiera salir del Tratado tendrían que transcurrir 6 meses a partir de las notificaciones correspondientes. Preocupa que los inversionistas mexicanos son exagerados y temo que el aviso provocaría una compra masiva de dólares. Por el otro lado, Trump cuenta con información del grado de afectación que sufrirían muchas de sus empresas que actualmente se han visto sumamente favorecidas con el Tratado, principalmente del sector agro alimenticio, por lo que, también es posible que quiera seguir en el Tratado, pero como hábil jugador de Poker este blofeando para obtener las mayores ventajas posibles en la mesa de negociación. Son algunos temas con lo que ha insistido y que las delegaciones tanto mexicanas como canadienses no deben aceptar, la más importante es la reforma a las “reglas de origen” donde se pretende que el contenido regional en la industria automotriz se eleve de 62.5 a 85 por ciento lo cual sería grave para las armadoras de autos de nuestro país y que en el fondo pretende regresar las plantas a EUA olvidando que las armadoras solo usan robots ya; la segunda es la llamada cláusula “sunset” que implicaría la terminación del tratado cada cinco años y la negociación de uno nuevo por consiguiente; otro factor de presión es el tema de los salarios de los trabajadores en México, donde los grandes sindicatos americanos y canadienses presionan para homologar los sueldos de sus pares mexicanos y con ello evitar la competitividad que brinda la mano de obra relativamente barata.
México debe elevar los salarios por productividad no por imposición extranjera; otro tema de negociación es el capítulo de resolución de conflictos al que también pretenden modificar. Las negociaciones se contaminan más con la visita de Justin Trudeau primero a Washington y luego a México, ¿pero de qué lado juega? El resultado lo conoceremos a más tardar el 17 de octubre próximo. Europa está ansiosa, de fracasar el tratado, de vendernos alimentos, principalmente granos, y ofrecen mejores precios al parecer. Independientemente del resultado de las negociaciones felicito a los equipos mexicanos de negociación.
En otro tema, impresionante lo que ha logrado el “Fondo Jalisco de Fomento Empresarial” en el presente sexenio, que de ser una caja chica para los amigos de los funcionarios ahora se maneja con todo el profesionalismo de un banco de desarrollo, que es en lo que se debe convertir en el corto plazo. Considero que los Emprendedores de Jalisco tienen mejor apoyo que los del Gobierno Federal. Se debe destinar parte de los ingresos del Impuesto de Nominas a capitalizar este fondo.