“Sorpresiva Romería causa cierre de calles”
i usted también sufre del caos vial en que se ha vuelto la ciudad, deje me desahogo tantito, aunque lo que le voy a decir parezca obvio.
Primera obviedad: la ciudad está cada día más llena de autos –pues, sí-. Segunda obviedad: las calles y avenidas no crecen ni se amplían al ritmo del crecimiento del parque vehicular. Entonces, la pregunta es ¿qué hacer para mejorar la movilidad de la ciudad?
No tengo certeza de cuál sea la solución, pero sí he escuchado a expertos hablar de que se necesita una mejor educación vial, fomentar el uso del transporte público, del escolar y de medios alternativos como la bicicleta; escalonar horarios de entradas y salidas en empresas y escuelas, planificar el crecimiento urbano de la ciudad así como tener una buena infraestructura vial y buena policía de tránsito, entre otros.
Todos estos puntos me parecen muy importantes, sobre todo cuando las estadísticas citan que cada día se incorporan 368 automotores a las calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara ¡368! Imagíneselos estacionados en cualquier avenida de dos carriles: dos autos de frente y 182 detrás en cada fila.
Si bien la educación vial es responsabilidad de todos, ésta no se puede mejorar si no se le exige a todo mundo desde que tramita su primera licencia de conducir o se inculca desde el hogar o la escuela. Del transporte público, escolar y del alternativo hay intentos por mejorarlos que aún no dan el estirón, pero ahí van.
Algunas escuelas ya han escalonado horarios, pero aún son minoría, y de la planificación urbana ya ni hablemos porque con la invención del llamado iCUS (Coeficiente de Uso de Suelo Incrementado), los malos constructores pagan un dinerito a ciertos ayuntamientos ¡y para adelante las torres chuecas!
¿Pero qué hay de la Policía Vial? Aquí unos tristes ejemplos:
2 de octubre. Congestionamiento vial alrededor de las 7:35 horas en la glorieta de Circunvalación y Alcalde; la causa, el choque entre un midibús de la ruta 636-A y un auto particular. No había un solo agente vial dirigiendo el paso ante las unidades colisionadas pese a que el choque fue ¡en frente de la Secretaría de Movilidad!
10 de octubre. Atorón vial de más de 30 minutos en Avenida Patria en su cruce con Mariano Otero, porque se descompusieron los semáforos tras una lluvia. Cuatro ciudadanos arriesgaron su vida por varios minutos dirigiendo el tránsito, sin equipo ni señalamientos adecuados. Cero agentes viales, otra vez.
12 de octubre. Una “inesperada” Romería de más de millón y medio de personas – inesperada para la Secretaría de Movilidad, por lo visto-, no le mereció a la Semov advertir en campo las rutas de desvío y, lo increíble, sus agentes cortaban el paso sobre Avenida Laureles o Juan Pablo II para mandar el flujo ¡a las calles angostas del centro de Zapopan, donde no había ruta de desvío, solo de retorno por congestionadísimas calles llenas de vendimias y camionetas de comerciantes!
Por esto, más la falta de agentes viales en torno a cierres provocados por obras públicas o inundaciones, se pierde toda fe en una corporación que debería ser ágil y eficiente y actuar con sentido común y mucha previsión. Así, no queda más que preguntarse: ¿Qué
carambas hacen los jefes de Movilidad y de la Policía Vial?