#SÍALASCALANDRIAS CONCABALLOS
Escribo estas palabras durante la travesía que nos conduce a un viaje de ensueño, magia y misticismo. Nos dirigimos a Veracruz y visitaremos sitios emblemáticos para la identidad cultural de nuestra estirpe: Tlacotalpan y el Papaloapan, el puerto y el café de La Parroquia y los sones y danzones jarochos y las jaranas, Boca del Chico, Xalapa, Papantla, El Tajín... también Actopan, Ixmiquilpan, Mineral del Real en Hidalgo y, finalmente, Querétaro con todos los tesoros del patrimonio mundial que allí existen.
Todo esto como preámbulo para hablar del tema de las tradiciones y la importancia de preservar los iconos que la cultura ha traducido en imágenes paradigmáticas con las que nos identificamos, las que nos hacen iguales en tanto compartir metas y aspiraciones, deseos y sueños en el proceso civilizatorio.
Y digo esto en ocasión de la pretendida y desquiciada idea de erradicar las calandrias tiradas por caballos promovida por el ayuntamiento de Guadalajara. Las calandrias con caballos son uno de los referentes que nos hacen sentir el ser tapatío por antonomasia. En inexplicable el afán por transformar en aras de un progreso mal entendido y que condenaría a los calandrieros a cambiar abruptamente sus costumbres y querencias, además de eliminar de tajo una de las más bellas imágenes que engalanan el centro de la metrópoli y que representa al alto valor turístico inmarcesible.
Estamos dispuestos a trabajar, hasta sus últimas consecuencias, en la defensa y preservación de las calandrias y los derechos de los calandrieros. No aceptamos caprichos e imposiciones de aquellos que, ajenos a la cultura, exhiben su ignorancia al pretender cambiar por vehículos corrientes e inseguros que no son calandrias.
Se trata de un tremendo engaño y robo en despoblado y, si somos suspicaces, parece un turbio y burdo negocio engañabobos que quiso sustentarse en el presunto maltrato animal que jamás ha existido y que el desconocimiento e ignorancia sobre las grandes dotes físicas de los caballos, han querido enarbolar como bandera de batalla de una causa perdida. Sentencio: Si queremos ser modernos de verdad debemos, antes, reconciliarnos con la tradición.
#SÍALASCALANDRIASCONCABALLOS