Las empresas fintech, reto de Itaú Unibanco
“Lo peor quedó atrás”, dice su director ejecutivo
En Brasil tienen potencial para quitar 24 mil millones de dólares a los bancos en poco más de 10 años
“Sigo al Santos, algo que no es coincidencia”, dice Candido Bracher sobre el equipo de futbol del que surgió Pelé, posiblemente el jugador más venerado de Brasil. “Cualquier persona razonablemente cuerda de mi edad tenía que apoyar al Santos, porque vimos jugar a Pelé; cuando era un niño Santos ganó todo”, dice el director ejecutivo de 58 años de edad de Itaú Unibanco.
Ganar es algo que importa a los ejecutivos de Itaú Unibanco, el mayor banco privado de Brasil y el más grande de América Latina por capitalización de mercado, incluso comparado con los estándares del mundo financiero cargados de testosterona. Bracher, quien tomó el mando en mayo, no es la excepción.
Pero para que realmente deje su marca, ahora tendrá que enfrentar el reto de las compañías fintech. Actualmente todavía son pequeñas, pero propensas a pegar. Goldman Sachs estima que ya hay 200 compañías fintech en Brasil con el potencial de quitar alrededor de 75 mil millones de reales (24 mil millones de dólares) del negocio a los bancos tradicionales en poco más de 10 años en sectores lucrativos como las tarjetas de crédito.
Al tomar el mando de Itaú en un momento en que la economía más grande de América Latina se recupera de su peor recesión y en que los bancos con muchas sucursales están bajo la presión de startups de fintech, su primer reto será solo llenar los zapatos de Robert Setúbal, su predecesor. Ahora copresidente del consejo, Setúbal, miembro de la familia fundadora de Itaú, supervisó el aumento de activos del grupo desde casi 15 mil millones de reales en 1994, cuando tomó el cargo, hasta 1.4 billones de reales (456 mil mdd) a junio de este año. Parte de eso fue a través de la fusión con su rival Unibanco en 2008 y otros acuerdos, como adquirir la operación brasileña de Citibank este año.
Bracher puede recibir la ayuda de una economía más fuerte —los analistas esperan que crezca ligeramente este año y 2.4 por ciento en 2018— después de tener una contracción de más de 7 por ciento en dos años y soportar varias crisis políticas. “Lo peor sin duda quedó atrás”, dice Bracher. “Hay razones para que la economía crezca en los próximos meses”.
Nos reunimos en la sede de Itaú en Sao Paulo, que está llena de espectaculares obras de arte brasileñas, pues Bracher pertenece a la aristocracia de la banca. Graduado de la Fundación Getúlio Vargas de Sao Paulo, su padre, Fernão Bracher, ex presidente del banco central, fundó Banco BBA Creditanstalt, un banco de inversión que compró Itaú en 2002.
Con 27.4 millones de cuentahabientes y casi 5 mil sucursales y quioscos, Itaú pudo sortear la desaceleración al reducir su exposición a los préstamos de consumo sin garantía de alto riesgo. En su lugar, se inclinó por las nóminas y los préstamos hipotecarios y los negocios que pagan cuotas, como la gestión patrimonial.