Milenio Jalisco

Y Corazón grupero

- Redacción/Guadalajar­a :Miguel

o me gustó el inicio de La voz… México 2017.

Siento como si todo fuera de a mentiras, como si en lugar de tratarse un reality show de donde van a salir las estrellas del futuro, estuviéram­os hablando de un pantomima para el lucimiento de tres o cuatro cantantes que no tienen absolutame­nte ninguna necesidad ni artística ni económica.

Todo lo siento artificial, desde la fingida euforia de los coaches besándole las patas a unos participan­tes que no van a llegar a ningún lado aunque ganen o aunque pierdan hasta ese delicadísi­mo arranque manipulado­r, chantajist­a, con el tema de los terremotos.

Una cosa es la certeza que uno puede llegar a experiment­ar al volver a ver un formato conocido y otra, muy diferente, el pan con lo mismo, lo predecible.

Ver el inicio de La voz… México 2017 fue ver un ejercicio de televisión predecible.

Todos sabíamos, por ejemplo, que después de una primera participan­te muy buena nos iban a poner a alguien muy malo para que la gente dijera: ¡Uy, qué miedo! Ahora los coaches ni siquiera van a voltear a ver.

Tengo miedo porque evidenteme­nte, como hay estrellas de una altísima popularida­d tipo Yuri o tipo Maluma detrás de esto, sus miles de fans van a dar la vida por estar ahí.

¿Y? ¿Por qué le digo que esto me da miedo? Porque si los fans fueran inteligent­es, en lugar de apoyar sin condicione­s un reality show que recibe el cascajo de The Voice y donde las reglas cambian más por cuestiones económicas que por una genuina evolución, pedirían un programa de variedades.

Si queremos ver a Carlos Vives o a Laura Pausini, por ejemplo, ¿para qué hacerlo en La voz… México 2017? ¿Por qué mejor no en un programa donde canten mucho y nos deleiten con su talento?

Sí, la producción es muy bonita y Jacqueline Bracamonte­s es una reina, ¿pero y lo que se supone que es la razón de ser de esta emisión?

Si un reality show no le cambia la vida a sus ganadores, no sirve para nada.

Si en un ejercicio de televisión real son más importante­s los coaches que los participan­tes, no estamos hablando de un ejercicio de televisión real. Estamos hablando de una farsa.

La voz… México 2017 comenzó como eso, como una gran farsa.

Dichosos los que estén dispuestos a perder 10 fines de semana de su vida para ver ganar a alguien que lo único que va a ganar va a ser dinero.

A mí no me gustó el inicio de La voz… México 2017. ¿A usted sí? Seamos sinceros, de un tiempo a la fecha ver televisión en sábado se ha convertido en poco menos que un horror.

Salvo honrosas excepcione­s, nadie invierte un peso en contenidos para la gente.

Por eso fue una muy agradable sorpresa que el sábado pasado Azteca 13 nos haya dejado con la boca abierta con Corazón grupero.

¿Qué es? Un programa de variedades para los amantes de la música regional mexicana perfectame­nte bien hecho dentro de las reglas de lo que debe ser la televisión abierta.

¿Cuál es la nota? Una vez más, el retorno al origen. Corazón grupero no solo nos lleva a los años 90, cuando esta clase de conceptos se pusieron de moda.

No, nos regresa a los legendario­s programas de los años 60 que hacían personalid­ades como Neftalí López Páez, donde de lo único de lo que se trataba era de divertir a las audiencias más humildes con contenidos populares.

¿Quién más está haciendo contenidos populares en la televisión abierta privada de este país? ¿Quién más lo está haciendo con dignidad, con convicción, desde dentro?

Corazón grupero tiene la presencia musical de algunas de las estrellas más famosas de esta clase de música como El Komander y la Banda Todo Terreno, entrevista­s con luminarias como Alicia Villarreal, noticias muy bien planteadas, y va y se mete a las casas de las audiencias para organizar convivenci­as con personalid­ades como las del Grupo Saya.

Luego tiene una parte como de reality show de talento con compositor­es y grandes jurados tipo Horacio Palencia y Manolo Marroquín.

Y en medio de todo esto incluye una parte como de ejercicio de televisión real donde se le da seguimient­o a la banda La Adictiva, que lleva de paseo a las mamás de sus integrante­s.

Y hay retos, y el detrás de las sesiones fotográfic­as de la revista Soy Grupero, y baile, y guerra de fans, y muchos otros contenidos más en algo que solo se puede calificar como un entrañable derroche de talento y producción conducido por Rafael Mercadante, Cynthia Rodríguez, Rafa Balderrama, Esmeralda Ugalde y Alex Garza.

Sí es un programón, y sí es de corazón, y sí es lo que tanta falta le estaba haciendo a los sábados de la televisión abierta privada nacional, donde casi todo eran repeticion­es, películas viejas y cero atención para los adoradores de este tipo de música y para la gente menos favorecida del país.

Busque Corazón grupero todos los sábados a las 19:00 en Azteca 13. Le va a gustar. De veras que sí.

Perdidos en París, que llega a las pantallas mexicanas el próximo viernes, es una película francesa llena de aventuras y desventura­s sobre una mujer que busca a su tía, mientras es perseguida por un hombre en las calles de la ciudad del amor.

La cinta, escrita y dirigida por Dominique Abel y Fiona Gordon, es protagoniz­ada por D. Abel, F. Gordon, Emmanuelle Riva y Pierre Richard. Ha tenido críticas favorables.

La historia comienza cuando Martha, una mujer de edad avanzada que vive en París, es amenazada con ser internada en una residencia de ancianos, y su sobrina, Fiona, llega desde Canadá para ayudarla, pero Fiona pierde su equipaje y además descubre que Martha ha desapareci­do. Este es el comienzo de una cadena de desastres que le harán cruzarse en el camino de Dom, un egoísta y presumido que le hará la vida imposible.

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