¿Por qué se fue Raúl Cervantes?
1.Raúl Cervantes llevaba meses lide- rando la investigación de Odebrecht. Había tomado decisiones difíciles, debatibles, pero de las que estaba convencido. La principal: no aceptar confesiones de la empresa a cambio de algún tipo de inmunidad, como los brasileños habían hecho ya con otros países. Al renunciar anunció que “la Procuraduría ha concluido las investigaciones respecto a uno de los mayores esquemas de corrupción internacional que en América Latina y en México se hayan visto. El complejo esquema para corromper funcionarios, obtener contratos públicos de manera indebida y luego tratar de esconder el dinero mal habido en paraísos fiscales puso a prueba nuestra determinación y a nuestras instituciones… Ya con ello, en los siguientes días, se harán las imputaciones correspondientes ante el Poder Judicial Federal”. ¿Por qué no se quedó para esas imputaciones? ¿No era su responsabilidad ver cómo se presentan? ¿No sería parte de su orgullo personal, institucional y como servidor público? ¿Qué fiscal no se queda a ver y supervisar esa parte de su trabajo?
2. Desde que llegó a la Procuraduría, su principal objetivo era la construcción de la nueva fiscalía. Le dedicó muchas horas a eso, estudios, negociaciones, documentos. En unos días estaba programada la presentación de las conclusiones a la Suprema Corte, al gabinete de Seguridad, a la Conferencia Nacional de Procuradores, a la Academia y a la opinión pública. “En este documento —dijo al renunciar— se abordan a detalle los retos y requerimientos necesarios para hacer avanzar la justicia en nuestro país. Este estudio permitirá mejorar nuestra legislación federal, pero también homologar los códigos penales de los estados para, con todo ello, armar el andamiaje de las nuevas instituciones encargadas de la procuración de justicia”. Él lo armó, él lo coordinó, él lo negoció. ¿Qué pasaba si se quedaba 10 días? ¿Quién va a operar eso ahora?
3. ¿Cómo se justifica lo de “no quiero estorbar”? Había un acuerdo legislativo y político para terminar el pase automático. Eso era un hecho. Él no sería fiscal. ¿Cree que lo mejor para una institución, de por sí devastada, era dejarla con un interino un año, como seguramente sucederá?
4. ¿Por qué no regresar al Senado y de ahí empujar el nuevo diseño?
5. ¿Soy yo que no escucho o el silencio de Los Pinos respecto a Cervantes es ensordecedor?
Algo no cuadra. Por eso mis dudas, razonables, creo.