Cuánto vales
Somos cinco generaciones desde los baby boomers los que estamos conviviendo en la era moderna, los que crecimos en el autoritarismo de los años 50 recordamos que la culpa y el respeto a la autoridad dominaba nuestra manera de comportarnos. Con el temor de la culpa, el castigo y el miedo a pagar en el infierno, no quedaba de otra que ser honesto, obediente y respetar los bienes ajenos. Desde la aparición de los derechos humanos los castigos que imponían las creencias nos parecen crueles e inhumanos. Del autoritarismo pasamos a la permisividad, las generaciones presentes perdieron el respeto a la autoridad, no le temen a nada, los valores se volvieron laxos. Incluso se quejan, no se dan cuenta que a pesar de las crisis económicas gozan de más privilegios que sus padres o abuelos. Inmersos en el materialismo, la permisividad y el consumismo, comprar y acumular se volvieron adicciones. Qué diferencia con los niños, en Japón, primero aprenden sus responsabilidades y luego sus derechos, en nuestro país en estas generaciones nos fuimos al extremo, en el sistema escolar primero les enseñan sus derechos, no está mal, pero no aceptan responsabilidades. La cultura permisiva sienta las bases para la corrupción. “Cuánto tienes, cuánto vales” se volvió una máxima. No importa comprar un celular, un auto, computadora y hasta medicamentos, en el “mercado negro” producto del robo, lo presumen como un logro. Tampoco importa vivir para trabajar o esconderse para no pagar las deudas, lo que importa es el consumo. Rosa Chávez Cárdenas