Desde 2009, UNAM alertó de fallas en construcciones
El doctor Eduardo Reinoso califica de “ridículas y evidentes” las violaciones al reglamento, como la separación entre inmuebles
El Instituto de Ingeniería de la UNAM alertó desde 2009, al entonces gobierno del Distrito Federal, de violaciones al Reglamento de Construcciones en la mayoría de los edificios de vivienda de tres a nueve niveles erigidos a partir de 2004.
En entrevista con MILENIO, el responsable del proyecto, el doctor en ingeniería sísmica Eduardo Reinoso calificó de “ridículas y evidentes” las fallas en las edificaciones, como es el caso de la separación entre inmuebles o plantas bajas débiles por privilegiar locales de comercio, de un muestreo tomado en las delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.
El estudio lo solicitó en 2006 la Secretaría de Obras durante la gestión de Marcelo Ebrard; su elaboración tardó tres años y de éste derivó la creación del Instituto de Seguridad de las Construcciones.
“Si se quisiera evaluar el riesgo sísmico de cada una de las estructuras, es imposible contar con información confiable de memorias de cálculo y planos estructurales, además de que no se dispone de una metodología consensada para conocer el riesgo en que se encuentran cientos de inmuebles”, advierte el documento.
Lo anterior, debido a que autoridades y responsables de obra carecen de información técnica de los proyectos, las construcciones tienen alteraciones respecto al proyecto (que pueden tener implicaciones graves en su respuesta sísmica) y la calidad de los materiales no es la especificada.
También señala que en un sismo 50 por ciento de las edificaciones de tres a nueve niveles no cumple con el Estado Límite de Servicio, es decir, tendrían daños reparables y no graves a los usuarios. Mientras que 40 por ciento carece de Estado Límite Último, que significa que la estructura completa, o una parte, puede colapsar. “Se observa que para el Estado Límite de Servicio las distorsiones obtenidas llegan a exceder hasta en 50 por ciento las establecidas en el reglamento. Mientras que para el Estado Límite Último, en 40 por ciento de sus elementos resistentes no cumplen con la resistencia necesaria”, detalla.
Los expertos de la UNAM observaron que los edificios están en el “límite” e inclusive “rebasan” los Estados Límite de Servicio y Último establecidos en el reglamento, lo que representa un inadecuado comportamiento estructural que pone en peligro la seguridad del inmueble y de los habitantes.