Reprueba Cardenal a políticos chapulines; es “una enfermedad de nuestra democracia”, afirma Robles Ortega
La labor de los políticos es buscar ver por el bien del pueblo y el compromiso que tienen con sus gobernados, y no ver por su propio beneficio buscando afianzar nuevos cargos públicos, lo que se ha convertido en “una enfermedad de nuestra democracia que debiera revertirse”.
Esa es la postura del Cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, respecto a aquellos políticos que dejan su cargo antes de tiempo para postularse a otros puestos, como ya está pasando con diversos actores en el estado.
“Es un padecimiento que tiene nuestra política, nuestra democracia, estar pensando no en el pueblo que los eligió y en el compromiso que hicieron con él al aceptar la elección, sino en estar pensando asegurarse ellos en un puesto para el futuro”, dijo este domingo a los medios luego de celebrar su misa dominical en la Catedral metropolitana.
Robles Ortega señaló que cumplir con su cargo es el compromiso que los gobernantes tienen con la sociedad que los eligió. Afirmó que estos cambios que realizan antes de que se termine su gestión no solo son una irresponsabilidad, sino que intervienen en el avance de temas que repercuten a la sociedad, como actualmente son los nombramientos del fiscal anticorrupción, auditor superior, y otros, pues aunque admitió no
En la iglesia perciben aumento en el índice delictivo; han habido tres ataques a parroquias
Que busquen afianzar cargos y dejen antes de tiempo su compromiso con el pueblo, “enfermedad de nuestra democracia”, afirma Robles
saber hasta qué grado afecta, afirmó que para lograrlos se requiere estabilidad y continuidad. El Cardenal tocó también el tema de la violencia e inseguridad que persiste en el estado. Señaló que a través de la Iglesia, se ha percibido un aumento en la inseguridad, pues al menos recientemente se han suscitado tres ataques a parroquias, de los que dos quedaron en intento.
Tras preguntarle sobre su postura y propuesta para que disminuyan los índices delictivos en Jalisco, el purpurado dijo no tener alguna que pueda aplicarse, pues añadió que es responsabilidad de los propios gobiernos encontrar la estrategia o plan más eficaz para erradicar la inseguridad:
“La primera obligación de un gobierno, de un servidor público del estado, es garantizar la seguridad física de las personas, la seguridad en sus bienes, esa es la primera obligación que se tiene”, afirmó.
El arzobispo volvió a la ciudad de Guadalajara luego de tres semanas de viaje en El Vaticano, en Roma, Italia, a donde asistió para celebrar la plenaria del pontificio consejo para la nueva evangelización, celebrar también los cincuenta años del Colegio Mexicano en Roma, y además ser parte de la canonización de tres nuevos santos.