Príncipe heredero promete una Arabia saudita “moderada”
El príncipe heredero saudita había acudido a un foro en Riad para develar la creación de una enorme zona de desarrollo económico en el mar Rojo, pero acabó mostrando su intención de transformar radicalmente el reino ultraconservador musulmán.
Mohamed bin Salmán, de 32 años, prometió a inicios de esta semana una Arabia Saudita “moderada”, alejada de la imagen de un país árabe considerado como el mayor exportador del wahabismo, una versión rigorista del islam que adoptaron numerosos yihadistas en todo el mundo, como Osama bin Laden, fundador del grupo sunita terrorista Al Qaeda.
El sorprendente discurso se enmarca en un plan de reformas que supone la mayor transformación cultural y económica en la historia moderna del reino.
“El 70 por ciento de la población saudita tiene menos de 30 años y, francamente, no vamos a pasar 30 años más de nuestra vida aceptando ideas extremistas y vamos a destruirlas ahora”, declaró el monarca en la conferencia económica del martes en Riad, la capital saudita. “Volvamos a lo que éramos antes, un país con un islam moderado, tolerante, abierto al mundo y a todas las otras religiones”, añadió.
El mes pasado, las mujeres obtuvieron el derecho de conducir, los cines abrirán pronto y las sauditas celebraron por primera vez la fiesta nacional en un estadio junto a los hombres. Incluso durante la conferencia del príncipe, había mujeres vestidas a la manera occidental.
Además, el gobierno anunció la creación de un centro encargado de “certificar” las palabras del profeta Mahoma y excluir cualquier interpretación “falsa y extremista”. Y la policía religiosa, encargada de hacer respetar la segregación de sexos, ha ido desapareciendo de las ciudades.
Al tiempo que procuraba aflojar la presión de los círculos religiosos, el príncipe heredero, nombrado el 21 de junio, reforzó su control político ordenando el arresto de disidentes, incluidos religiosos influyentes, y de intelectuales. “Los soñadores son los únicos bienvenidos”, afirmó el príncipe Mohamed, mientras que algunos analistas económicos temen unos cambios demasiado rápidos en el reino.