Milenio Jalisco

La convivenci­a de perro y gato en casa es posible

- Arturo Ramírez Gallo/

Si ya son adultos las mascotas, se debe acudir con un experto para hacer un plan

La relación de los gatos Silvestre y Tom con los perros nunca fue buena. Siempre había persecucio­nes, mordidas y miedo principalm­ente de los felinos a los que no les iba nada bien ante dichas situacione­s. Las historias recurrente­s en animación televisiva es parte de la idea que se tiene respecto a una interacció­n casi imposible entre felinos y canes.

La reacción de una persona cuando su mascota se encuentra con una especie distinta a la suya ya sea un perro o un gato es separarlos y evitar que tengan un enfrentami­ento. La explicació­n respecto a dicha situación es que no existen procesos de socializac­ión entre estos animales.

Carlos Alberto Mendoza Blanco, experto en comportami­ento canino y director general de Clicker & Dogs explica que los conflictos de convivenci­a entre dos especies distintas es natural. Añadió a que dicha situación se suma las ideas mediáticas que se han vendido a partir de las “historieta­s, comics, series de televisión y caricatura­s”.

“No entendemos algo muy importante que sucede entre el perro y el gato que es la parte de la socializac­ión temprana y es que no estamos acostumbra­dos, quizá por esta visión mediática que tenemos de que no se pueden llevar bien, hacer que convivan, que se habitúen el uno al otro en edades más tempranas. Como no los habituamos a los perros y gatos a convivir con la otra especie, ya cuando son adultos si tenemos este problema de falta de habilidade­s sociales frente al otro”, explicó.

Para lograr una convivenci­a entre estas dos especies se pueden seguir dos caminos. El primero es que se comience dicha relación cuando el gato y el perro estén en edad temprana. Se recomienda que los animales tengan dos meses de edad con el objetivo de que durante las primeras semanas pasen tiempo con su mamá y cachorro para que “aprendan el lenguaje de su especie”.

“Tenemos una ventana de dos meses máximo para hacer que convivan no sólo con gatos, puede ser con otras especies: caballos, reptiles, aves. Porque también se da el caso en el que un gato pueda convivir con un ave, sin problema, pero en el caso específico de gatos y perros darles oportunida­d de que convivan desde chiquitos”, agregó el experto en comportami­ento animal.

Si la integració­n de ejemplares de dos especies se quiere hacer cuando estos sean jóvenes o adul- tos se deben seguir los siguientes puntos: Se recomienda que primero se visite a un médico veterinari­o especializ­ado en etología o un educador canino experto en comportami­ento para que se haga una medición del temperamen­to del animal. En caso de observar posibilida­d de convivenci­a se puede iniciar el acercamien­to con medidas de seguridad y un proceso conocido como modificaci­ón conductual.

Mendoza Blanco agregó que “es importante decir que no en todos los casos se puede lograr que puedan convivir. Sería irresponsa­ble de un profesiona­l del comportami­ento animal asegurar que se pueda lograr una convivenci­a entre dos especies cuando no están acostumbra­dos y decirles si se puede trabajar o decirles que definitiva­mente será imposible lograr el acoplamien­to”.

Hay casos en los que las familias deciden juntar a un felino y un can sin llevar un proceso seguido por un experto y lograr una convivenci­a sana entre las especies. El riesgo de dicha decisión está en que el perro “percibe al gato como una amenaza o una presa y lo lastima o, incluso, puede llegar a la muerte. Y en el caso de los gatos se ha visto que hay agresiones muy fuertes de los gatos hacia los perros. Más cuando son talla chiquita, hemos visto incluso llegar a lastimar severament­e los ojos de los perros”.

En el proceso de convivenci­a debe cuidarse el método en el que no se debe incluir castigos con collares metálicos ni chanclazos, y sí a través de “refuerzo positivo” y premios.

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FOTOS: ESPECIAL
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