Milenio Jalisco

PGR: operan nueve cárteles en México

- Rubén Mosso/México Lunes 6 de noviembre de 2017

a de Felipe Calderón y Ricardo Anaya es una guerra a muerte; una guerra en la que no hay lugar para la reconcilia­ción.

Y si lo dudan, la siguiente historia lo confirma.

Como saben, el 9 de julio pasado, a los 85 años, falleció Diego Zavala, padre de Margarita Zavala y uno de los principale­s impulsores del PAN.

Como era natural, al enterarse del deceso, Ricardo Anaya trató de hacer acto de presencia en la casa familiar de los Zavala Calderón. Para ello calculó el momento en el que estaría la prensa durante su visita, con la intención de enviar un mensaje de unidad en el PAN.

Sin embargo, cuando en la casa de los Zavala Calderón se enteraron que Anaya pretendía acudir a ofrecer el pésame, ordenaron cerrar el acceso a visitas y —de manera amable—, convencier­on a los periodista­s para que se retiraran.

De esa forma, cuando Anaya llegó a donde eran velados los restos del académico, jurista y promotor del PAN, no había ni prensa ni pésame. Literalmen­te le dieron “con la puerta en la cara”.

Horas después, Anaya intentó aparecer con la familia Zavala Calderón, en el sepelio. Pero le repitieron la dosis. No había lugar para el jefe nacional del PAN.

Y es que el ex presidente mexicano y la candidata presidenci­al no quieren cruzar palabra con un presidente del PAN que llegó al cargo gracias a un grosero engaño colectivo. Es decir, resulta que el señor Anaya prometió a todos quienes lo apoyaron para llegar a la jefatura nacional del PAN, que no buscaría la candidatur­a presidenci­al desde la jefatura del partido. Como queda claro, Anaya engañó a todos.

Y si lo dudan, apenas hace semanas el senador panista Javier Lozano reveló en sus redes sociales que en su casa, cuando Ricardo Anaya lo buscó para que apoyara su aspiración a la jefatura nacional del PAN, el queretano juró y perjuró que una vez en la jefatura azul, no buscaría ser candidato presidenci­al. Por eso, el senador Lozano exhibió a Anaya como mitómano.

Algo similar ocurrió con Rafael Moreno Valle. Y es que —como saben los panistas—, el entonces gobernador de Puebla fue uno de los principale­s promotores de que Ricardo Anaya se convirtier­a en jefe nacional del PAN.

La razón hoy parece una ternura de párvulos. Y es que Moreno Valle depositó toda su confianza en Anaya, al que le invirtió capital político y económico, a cambio de que una vez en la presidenci­a nacional del PAN, el queretano se desem-peñaría como el alfil del mandatario poblano en el PAN.

Dicho de otro modo, Rafael Moreno Valle empujó a Ricardo Anaya a la presidenci­a del PAN, para tenerlo como incondicio­nal. Sin embargo, una vez convertido en jefe de los azules, Anaya le dio la espalda al gobernador de Puebla, junto con todos aquellos que lo llevaron al cargo.

Hoy, como todos saben, Anaya es no solo el dueño del PAN, sino de los millones de spots del partido, de la alianza con el PRD y hasta de la candidatur­a presidenci­al azul y de frente.

Por tanto, Anaya es el enemigo a vencer por todos los aspirantes presidenci­ales azules, es el principal enemigo de la familia Zavala Calderón y, sobre todo, es el enemigo de todos los aspirantes presidenci­ales del frente pactado entre el PAN y el PRD.

Pero la historia no termina ahí. El 17 de octubre, la página La Otra Opinión detectó el abierto desafío de Felipe Calderón a Ricardo Anaya. En un texto editorial titulado “¿Expulsará el PAN a Calderón?”, destacamos el abierto desafío del ex presidente Calderón a la dirigencia del PAN y a los estatutos del partido azul, al apoyar abiertamen­te la candidatur­a independie­nte de Margarita Zavala.

Es decir, desde que Margarita Zavala renunció al PAN, Calderón se ha colocado en una clara violación estatutari­a, al apoyar a una candidata presidenci­al no panista.

Pareciera que Calderón está en espera de ser echado del partido por el jefe del mismo, Ricardo Anaya. La posible expulsión de Calderón sería un escándalo mortal para los azules. Por eso, Anaya está ante uno de los mayores dilemas de su gestión.

¿Echarán del partido al violador de los estatutos azules, llamado Felipe Calderón —lo que convertirí­a al jefe del PAN en villano favorito—, o solapará el PAN la violación estatutari­a por parte de Calderón, lo que mostraría a Anaya como un presidente débil?

Acaso valga recordar a los panistas que, en 1940, cuando el PAN no contaba con candidato presidenci­al, el fundador del partido azul, Manuel Gómez Morín, estableció uno de los principios fundamenta­les del partido; la libertad de conciencia electoral.

Y es que dijo que los panistas tenían la libertad de votar o no a favor del candidato Juan Andrew Almazán. Hoy, los militantes del PAN están ante la disyuntiva de apoyar a Margarita Zavala o al jefe de su partido, Ricardo Anaya. También dentro del PAN la pelea por el 2018 será a muerte.

Al tiempo.

Aclara que aún hay presencia de Templarios, La Familia michoacana y los Arellano Félix

Un informe de la Procuradur­ía General de la República (PGR) revela que en el país hay nueve cárteles del narcotráfi­co, tres más que los señalados por la DEA, que identificó seis grupos criminales y 11 cabecillas.

Hace unos días la Agencia Antidrogas de Estados Unidos dio a conocer su informe anual Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2017, donde detalló que en México operan los cárteles de Jalisco Nueva Generación, de Sinaloa, de Juárez, del Golfo, Los Zetas y los hermanos Beltrán Leyva.

Sin embargo, un documento del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Informació­n para el Combate a la Delincuenc­ia (Cenapi), de la PGR, con fecha del pasado 31 de octubre, indica que además en México aún prevalecen los cárteles de Tijuana o de los Arellano Félix, así como La Familia michoacana y Los Caballeros Templarios.

El informe de la PGR también destaca que el cártel de Los Zetas cada vez está más debilitado. Mientras que el cártel del Golfo conserva siete células delictivas en Tamaulipas, conocidos como Los Metros, Los Rojos, Grupo Dragones, Los Fresitas y Los Ciclones; mientras que Los Pelones y los Talibanes se disputan Quintana Roo.

En el documento de la DEA se menciona que los actuales líderes del narcotráfi­co, de los seis cárteles que ellos identifica­n, son: Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del cártel de Jalisco Nueva Generación, y Jorge Luis Mendoza Cárdenas, La Garra.

Ismael El Mayo Zambada, dirigente del cártel de Sinaloa, organizaci­ón a la que se ha sumado el mítico narcotrafi­cante Rafael Caro Quintero, responsabl­e del asesinato del agente estadunide­nse de la DEA, Enrique Camarena Salazar, perpetrado en Jalisco, en 1985.

Del cártel de Juárez se identificó a Carlos Arturo Quintana, El 80, y Julio César Olivas Torres, Sexto.

José Antonio Romo López, Don Chucho, y José Alfredo Cárdenas Martínez, El Contador, son las nuevas cabezas del cártel del Golfo.

El cártel de Los Zetas es comandando por Juan Gerardo Treviño Chávez, El Huevo. Mientras que Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro y José Luis Ruelas, controlan el cártel de los Beltrán Leyva.

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