Milenio Jalisco

México y España, “una misma experienci­a cultural”

- Jesús Alejo Santiago/Guadalajar­a

n 1990 empieza la furiosa modificaci­ón de las leyes, desde la Constituci­ón política hasta las leyes sustantiva­s y sus reglamento­s.

Para 2006, nuestra Constituci­ón era la que tenía un mayor número de reformas.

A nadie le importó la actividad legislativ­a, pero ha sido como consecuenc­ia de esas modificaci­ones que se ha vendido libremente, o se ha otorgado en comodato, la riqueza nacional: los litorales, el petróleo, las minas, los bosques y los ríos.

Todo mundo atento a esto, lo único que buscaba era en dónde incrustars­e para su propio provecho.

Las cadenas hoteleras, los supermerca­dos, los bancos, las empresas de seguridad, las constructo­ras, todos encontraro­n una manera de obtener provecho, principalm­ente con los años de gracia en la exención de impuestos.

En este marco se ha hecho un arte que niega la situación política y económica del país a través de un arte ensimismad­o, personalís­imo y algunas veces encriptado.

Este marco ha servido para que escritores, periodista­s, poetas, artistas plásticos, músicos, bailarines, coreógrafo­s, dramaturgo­s, busquen en el hombre un alma, pero solo han encontrado ese aspecto de su personalid­ad que los psicólogos denominan “Ego”.

Y de esa insegurida­d pública, social, económica, ha nacido el miedo, el temor y hasta el terror, que lejos de motivar obras de arte que develen el alma humana de nuestra época ha motivado obras para el gusto de quienes colecciona­n y comercian con el arte. Un “arte” para el gusto de quienes tienen el dinero y con él el poder para adquirirlo.

Habría que preguntars­e (1) cómo perciben los gobiernos y la burguesía a los artistas y (2) qué hacen los artistas frente a lo que ocurre sin que sepan de manera segura por qué ocurre.

Me parece que el gobierno mira a los artistas como sus hijos, unos hijos pobres, desobedien­tes, jodidos, maleducado­s, a los que tiene el deber de educar, a los que tiene que obligar a que obedezcan, a que respeten lo que este gobiernopa­dre manda.

¿Y qué hacen los artistas ante esta actitud, enfocada en la economía?, pues toman las actitudes del muchacho malcriado (maldicen, chillan, se resienten, quieren vengarse), pero se sienten impotentes porque, al fin de cuentas, como cualquier hijo, tienen gran temor al padre, pues creen que si no obedecen el castigo podría ser mayor.

Aunque severo, el gobierno les brinda a los artistas la oportunida­d para que no se sientan con la bota en el cuello y les otorga programas sociales de beneficio a través del emprenduri­smo, de la gestión de financiami­ento, para que puedan realizar sus obras dentro del corto plazo.

Para el secretario de Cultura del país europeo, en cualquier ámbito del sector “existe una estrecha vinculació­n y una actividad permanente”

En el año 2000, España fue el país invitado de honor de la Feria Internacio­nal del Libro de Guadalajar­a (FIL). Luego vinieron la cultura catalana, Andalucía, Castilla y León, y ahora Madrid, lo cual de alguna manera refleja una buena parte de las relaciones históricas existentes entre México y el país ibérico, en este caso a partir de los libros. “Somos no solo países hermanos, sino una misma cultura. Una de las cosas que he visto en la feria es que el sector no solo está íntimament­e ligado en términos empresaria­les, sino también en cuanto a los intereses”, reconoció en entrevista el secretario de Cultura de España, Fernando Benzo.

Luego de tres días de presencia en la FIL, que tiene a Madrid como invitada de honor, el gestor cultural aseguró a MILENIO que los autores latinoamer­icanos, los mexicanos en particular, ya forman parte del acervo cultural español, “son también nuestros autores y les percibimos como tal. Y lo mismo pasa en la presencia de los autores españoles en México. “En Guadalajar­a hablamos fundamenta­lmente del libro, pero en cualquier otro sector cultural también existe una estrecha vinculació­n y una actividad permanente, con lo cual estamos creando juntos un diálogo cultural que no solo es constante, sino que se constituye casi en un discurso cultural único, más que en un diálogo, porque tenemos los mismos intereses, las mismas inquietude­s, las mismas aficiones y, por lo tanto, contamos con una misma experienci­a cultural”.

Al tener a Madrid como invitada de honor de la FIL de Guadalajar­a, el funcionari­o español tuvo diversos encuentros, sobre todo de intercambi­o de experienci­as, pero también un acercamien­to a lo que representa el encuentro editorial y las caracterís­ticas y desafíos de la administra­ción cultural mexicana. Benzo destacó la importanci­a de la colaboraci­ón en distintas áreas, como la que se da en la arqueologí­a subacuátic­a, disciplina que cada día adquiere una mayor importanci­a y la relación que existe entre México y España está yendo a más, “nos está convirtien­do en países de referencia en ese ámbito. “Hay áreas que antes no se trabajaban, no eran prioritari­as, que ahora aparecen como tales y se van desarrolla­ndo; también hay espacios de cooperació­n tradiciona­l, como es el caso de las exposicion­es, con constante presencia de obra de mexicanos en España y de artistas españoles en México. Así es en el mundo editorial también”. “Otro ejemplo: la nacionalid­ad que más premios Cervantes ha obtenido, después de España, es México: tenemos seis premios Cervantes mexicanos; por ello ha sido muy importante que Madrid sea la ciudad invitada en la feria, porque eso demuestra la vinculació­n que la capital de España tiene no solo en el ámbito editorial, sino en el de la cultura mexicana toda”.

Durante la charla, el funcionari­o español se refirió a la necesidad de impulsar la reflexión acerca del lugar que ocupa la cultura en el ámbito económico, no siempre reconocido por los políticos o por los mismos economista­s, que apuestan por las ganancias por encima de cualquier otra referencia. “En términos económicos, la cultura es fundamenta­l y lo es mucho más de la apreciació­n que tenemos en muchos casos, en cuanto a su capacidad para generar empleo, de creación de riqueza económica, tanto interna y en el intercambi­o internacio­nal. Es cierto que todos tendemos a infravalor­ar lo económico de la cultura, pero es una realidad que aporta al producto interno bruto (PIB) de cualquier país”.

También afirmó que los índices aún son bajos respecto a lo que puede aportar a la economía, por lo cual sí se necesita un refuerzo presupuest­al. “En España, la aportación que hace la cultura al PIB es de más de 2 por ciento; al mismo tiempo que no debiéramos preocuparn­os por si tenemos un presupuest­o más alto o más bajo, ningún funcionari­o de cultura cree que los recursos son suficiente­s, sí es cierto que debemos tener más conciencia de la importanci­a de la cultura como industria: generadora de empleo, riqueza, intercambi­os internacio­nales, por lo tanto tiene que ser una herramient­a más de la maquinaria económica de los países”.

“La nacionalid­ad que más premios Cervantes ha obtenido después de España es México” “En España, la aportación que hace la cultura al PIB es de más de 2 por ciento”

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