Drogas: adolescentes y mujeres
El tema de las drogas ocupa los más amplios espacios noticiosos y de discusión política desde tiempo atrás, pero la mayor parte del contenido tiene que ver con la lucha y sus diversas estrategias contra los productores y distribuidores y menos con el mapa del consumo, que, más allá del saludable intercambio en torno a su eventual legalización para diversos usos, refleja también cifras que debieran ser tan escandalosas como las de los muertos a causa de la disputa entre los cárteles y el combate de las fuerzas de seguridad.
La Encuesta Nacional de Consumo de Drogas Alcohol y Tabaco, coordinada por la Comisión contra las Adicciones y operada por los institutos de Psiquiatría y Salud Pública, cuenta con el financiamiento de la embajada de Estados Unidos con recursos de la Iniciativa Mérida para procesar, analizar y difundir los resultados.
En términos generales, el consumo de drogas aumentó 69 por ciento en los hombres y 175 por ciento en mujeres, con la mayor incidencia en Jalisco, Baja California, Quintana Roo, Coahuila y Aguascalientes, mientras que los números más bajos están en Campeche, Veracruz, Yucatán, Oaxaca y Chiapas.
En el documento se explica que esos incrementos se deben al alza en el consumo de mariguana. Por ejemplo, entre adolescentes hombres aumentó 54 por ciento y entre mujeres se disparó 155 por ciento en cinco años, con las prevalencias más altas en Aguascalientes, Querétaro, Colima, Morelos e Hidalgo, y las más bajas en Puebla, Jalisco, Tabasco, Veracruz y Chiapas.
El consumo de cocaína, segunda droga más demandada en México, se ha mantenido estable en el lustro 2011-2016, pero el dato es que aquí también figura Jalisco en primer lugar de prevalencia, seguido de Quintana Roo, Tabasco, Puebla y Chihuahua, distantes de los estados con menos porcentajes como Colima, Morelos, Chiapas, San Luis Potosí y Tlaxcala.
Crack, metanfetaminas y heroína, de acuerdo con el estudio divulgado por la instancia que dirige Manuel Mondragón, también exhiben números de estabilidad, por lo que se concluye que se debe atender el caso de la mota, droga con el mayor aumento, y reforzar las políticas de prevención para atenuar los impactos sanitario y social.
La emergencia, sin duda, está en los casos de los adolescentes y las mujeres.