El estallido del populismo
P ublicado por Editorial Planeta, el libro El estallido del populismo reúne a diversos autores (Yoani Sánchez, Roberto Ampuero, Sergio Ramírez y Enrique Krauze, entre otros) que abordan el tema y sus máscaras. Coordinado por Álvaro Vargas Llosa, esta colección de ensayos, en voces que lo han vivido de primera mano, estudia las diferentes formas que toma el populismo en el mundo. Tuve oportunidad de conversar con Álvaro antes de la presentación de su libro en Casa Lamm, CdMx, sobre las razones por las que el populismo ha resurgido con tanta fuerza. “Se han juntado muchos factores. La crisis de 2008 que impactó sobre todo a la clase media, que es la que sostiene la democracia y la economía de mercado. Otro elemento es la globalización que significa que muchas industrias que antes estaban de manera casi permanente en ciertas comunidades, en ciertos países, de pronto emigran y las reemplazan otras. Ese proceso afecta a muchas familias. Otro factor es la migración, y un cuarto es el fenómeno del terrorismo fundamentalista islámico que ha producido una gran psicosis, sobre todo en Europa. Todos esos elementos están jugando su papel en el surgimiento de fenómenos populistas”.
¿Por qué resurge un fenómeno que creíamos terminado? Álvaro Vargas Llosa explica: “Los experimentos populistas en América Latina habían fracasado todos. Pero la verdad es que la experiencia ajena no se transmite, eso está probado. Cada sociedad tiene unos problemas propios que hacen que sea difícil evitar que se repitan respuestas populistas. Por ejemplo, en Inglaterra en el tema del brexit ha jugado un papel muy importante en el asunto de la integración europea. Crisis financiera, económica, pérdida de empleo, circulación de personas y migración en general. Un perfecto blanco para los caudillos demagógicos. Para ellos siempre es fácil culpar al extranjero o al inmigrante y es lo que ha pasado en el Reino Unido”.
Álvaro, encargado de escribir el capítulo sobre Trump en el libro, comenta que a poco más de un año de las elecciones resaltan la incertidumbre y la polarización. “La sociedad estadunidense nunca había visto tanta incertidumbre, incluso gente del propio gobierno, de la administración Trump, no saben con lo que va salir su jefe el día de mañana. No tienen claridad”; sin embargo, lo que le parece más interesante es la reacción de la sociedad. “Estados Unidos ha reaccionado a lo que vio como una amenaza. Las instituciones, la justicia, la prensa y la sociedad civil han respondido de una manera muy poderosa. Yo me pregunto si en Venezuela o Argentina, cuando surgió el chavismo o el kichnerismo, hubiéramos tenido una reacción de esa naturaleza, si hubieran logrado consolidar su poder. Yo creo que no. Hay una parte positiva en todo esto también. Trump ha provocado una toma de conciencia de la sociedad sobre valores que antes simplemente daban por sentados. Ahora se han dado cuenta que hay que estar siempre vigilantes y defenderlos”. El populismo es una enfermedad que no tiene vacuna, puede aparecer en cualquier país, rico o pobre, como movimiento de izquierda o de derecha; sin embargo, existen algunos paliativos, de acuerdo con el periodista: “Los países mejor educados están, evidentemente, mejor protegidos. Tener sociedades civiles fuertes, con estados que no sean demasiado grandes, pero en última ins- tancia, lo único que yo siento que es un remedio contra esto es que cada generación le transmita a la siguiente lo peligroso, lo grave de esta amenaza. Porque al final incluso sociedades educadas en momentos de mucha conmoción se suelen entregar al populismo. Yo no creo que haya un antídoto, pero sí hay sociedades que están mejor defendidas que otras. Debemos aprender de esos ejemplos”. Sin duda, Álvaro tiene razón al decir que es difícil aprender de las experiencias de otros; sin embargo, es necesario hacerlo. La apuesta de otros países por candidatos populistas no ha sido una experiencia positiva. El estallido del populismo da cuenta ello, por eso hoy que nos enfrentamos nuevamente a una amenaza populista es una lectura imprescindible.