Millonarios y limosneros
MEXICANOS ACUDEN AL MERCADO DE SONORA
Entre olor a incienso, hierbas y símbolos de culto, la bruja Yatana anima a los visitantes del tradicional Mercado de Sonora, de CdMx, a acercarse: “Hacemos lectura de cartas, amarres; inicie este Año Nuevo bien, con una limpia, quitándose toda la envidia y la energía negativa”.
Uno de los puestos más visitados es el de la bruja Lukcero Aghakan. Su labor consiste también en hacer amarres y rituales de protección: “Tengo como clientes a políticos, artistas, millonarios que buscan aumentar su fortuna y hasta limosneros que solo desean recibir más monedas en las calles”.
Santeros, brujos, místicos y esotéricos ofrecen en el pasillo 8 de dicho mercado todo tipo de objetos para hacer rituales y recibir 2018 con abundancia; las personas básicamente buscan cuidar o encontrar trabajo, mantener o mejorar la salud, incrementar su poder adquisitivo y tener amor.
La canasta, conformada con 12 veladoras de Fin de Año, forma parte de los objetos de ritual más solicitados por las personas. “Son de diferente color, entre ellos, se encuentra el oro, la plata y el cobre que representan la riqueza, la salud y la prosperidad”, aseguró Jorge, quien se asume como esotérico. “Todas las velas se prenden el 31 de diciembre, antes de la medianoche, y se apagan a las 12:05, solamente se deja encendida la de color blanco, que significa paz, tranquilidad y protección. Cada vela contiene semillas de la abundancia, entre estas hay arroz, trigo, frijol, así como un amuleto que luego de pasarlo por todo el cuerpo, lo destruyes quemándolo, justo el último día del año, para esto, ya cuentas con el nuevo amuleto”, abundó Jorge.
Una de las visitantes, quien solo se identificó por su primer nombre, Daniela, es una vendedora de perfumes que acudió hacerse una limpia con huevo y a recibir ligeros golpes con un ramo de hierbas conformado por pirul, jarilla, romeros, santa María y ruda. Su deseo es eliminar cualquier obstáculo que atente contra su negocio.
“Me hago la limpia cada fin de año para empezar bien el siguiente. Forma parte de una tradición familiar, lo hacía mi abuela, mi mamá y desde hace cinco años lo acostumbro yo”, dijo la joven de 28 años de edad.
Se introdujo a un pequeño cuarto, a penas cubierto con una cortina blanca. Ahí, el santero Noé le lanzó el líquido de un espray para “abrir los caminos” y luego pasó por todo su cuerpo un huevo que, dijo, “absorbe tú intranquilidad, tú pesadez, tú maldad, el daño que te han hecho”.
Noé le explicó que después de concentrar todas las malas energías en el huevo, lo debe de guardar y no destruir porque se regresa todo lo malo que absorbido.
En ese pasillo se encuentra de todo, tiras largas de ajos, figuras de varios tamaños de diversos santos y, sobre todo, de la Santa Muerte, asimismo, la gente adquirió borregos para atraer el dinero y la fortuna; collares de colores de protección de 15 pesos. “Los trabajamos poniéndole loción y rezándole, pedimos en nombre de la personas. Son personalizados y, por ello, nadie los puede tocar. Lo pueden usar todo el año y, cuando se revienta, es símbolo de que hizo su labor de quitar todo lo malo”, comentó la santera Guillermina.
En su puesto hay de todo: velas de Navidad y fin de año, que se prenden y deben apagar con la mano. También hay jabones y fragancias para bañarse, de 50 pesos, para blindarse contra las envidias y mantener la salud. Hay esencias de atracción sexual, cargadas de feromonas que se colocan en el cuello y en los genitales. “Mis mejores clientas son las teiboleras, vienen por cajas completas porque atraen a muchos clientes”, comentó la santera. Un fenómeno curioso de este año es que entre los amuletos más solicitados se encuentra la figura de la perra bautizada como protectora de los sismos.
En el Mercado Sonora hay alrededor de 50 puestos dedicados a la santería y misticismo. La gente no solo acude por limpias o para adquirir productos para recibir el año con abundancia, sino también algunos fetiches, como es un pene negro para provocar disfunción eréctil en el marido cada vez que pretenda ser infiel y una vagina blanca para enfermar a la amante.
También en el mercado se vende kilos de velas negras a las cuales se le pone el nombre del enemigo; por lo regular se actúa contra la amante para que no duerma, tenga problemas económicos, se vean afectados los seres queridos. Hay gente que muere sin tener un diagnóstico médico certero. Pero ese actuar, advirtieron los santeros, resultará contraproducente porque se regresa. “Solitas se darán cuenta, pero ya lo hicieron y no hay retroceso”, advirtió la bruja Lukcero Aghakan.