SSJ seguirá a cargo de pacientes en El Zapote
No hay ninguna otra institución en el estado donde darles albergue: Petersen
Como lo ha hecho desde hace 40 años, la Secretaría de Salud de Jalisco (SSJ) seguirá haciéndose cargo de los pacientes abandonados en El Zapote, el hospital psiquiátrico que aun cuando cambió de nombre y de modelo, padece la misma problemática: familias que internan a uno de sus miembros por sufrir una enfermedad mental y luego desaparecen.
El titular de la dependencia, Alfonso Petersen Farah, señaló que el servicio que se otorga a los 240 pacientes internos a la fecha en el Centro de Atención Integral en Salud Mental de Estancia Prolongada es de calidad y con pleno respeto a sus derechos humanos. Y se les seguirá dando. Esto incluye a los 190 enfermos en abandono.
“No hay ninguna otra institución en todo el estado, ni de asistencia social, ni pública ni privada, ni médica por supuesto, donde darles albergue… Son personas que no pueden valerse por sí mismas”, dijo.
Petersen Farah explicó que estos pacientes “tienen un problema de salud mental de origen orgánico, sin ninguna posibilidad de recuperación real, y que están ahí porque es el único sitio donde pueden tener un alojamiento y una alimentación segura”. Ante tal realidad, el gobierno del estado, vía la SSJ, ha asumido esa responsabilidad. “En tanto no tengamos una alternativa mejor para ellos, los seguiremos atendiendo toda su vida”, aseguró, tras recalcar que no reciben maltrato, ni tienen restricciones más allá del propio contexto hospitalario y pueden convivir entre ellos.
Recalcó que durante muchísimos años, el hospital psiquiátrico ubicado en la delegación El Zapote, municipio de Tlajomulco de Zúñiga, “se consideró el lugar ideal, donde muchas personas que tenían familiares con enfermedades mentales pues prácticamente ahí los abandonaban… Tenemos personas con más de treinta años y hasta cuarenta años viviendo en el hospital”, confirmó.
Fueron sus propios familiares quienes llevaron a la mayoría de estos pacientes al hospital, registraron datos falsos o simplemente cambiaron de domicilio y no se volvió a saber de ellos. “Algunos pacientes llegaron a través de las corporaciones policiacas pues estaban en condiciones de indigentes, de manera que tenemos un enorme reto”, admitió.
Reto que no era desconocido cuando en 1998 –relató- se propuso en Jalisco una reingeniería en la atención de los enfermos mentales, que incluía la constitución de un “sistema integral” que abarcara tanto al Hospital Psiquiátrico (antes Granja de Recuperación para Enfermos Mentales) conocido como El Zapote, como la construcción de un nuevo hospital para tratar casos agudos, en estancia breve, y crear una red de centros ambulatorios o de consulta externa en las diferentes regiones del estado.
La propuesta se concretó en 2002 con la inauguración del Centro de Atención Integral en Salud Mental de Estancia Breve y el cambio de modelo en El Zapote, que se volvió el CAISAME de Estancia Prologada, a éste se dirigen 60 por ciento de los recursos de operación del sistema. Todo bajo la administración del Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme).
De acuerdo con Petersen Farah, hay mejoras notables con este modelo, si bien reconoció que la calidad de vida de una persona que vive en un hospital psiquiátrico “dista mucho de ser la ideal” para un ser humano.