La enfermedad del poder…
La palabra Hubris proviene del vocablo griego hybris que significa desmesura o exaltación, de este término se ha generado el famoso Síndrome de Hubris, el cual hace referencia a personas con un trastorno de personalidad. Esta enfermedad la padecen principalmente políticos y gobernantes, es decir, personajes que cuentan con poder económico y político.
Quienes padecen este síndrome tienen las características de ser personas soberbias, arrogantes, egocéntricas, temerarias, megalómanas, orgullosas, narcisistas, impulsivas y con un toque de locura. A través de la historia se ha contado con este tipo de personajes, unos ejemplos son; Adolfo Hitler, José Stalin, Idi Amin Dada, Saddam Hussein, Francois Duvalier, Fulgencio Batista Zaldívar, José Abdalá Bucaram, Anastasio Somoza Debayle, Augusto Pinochet Ugarte, Hugo Chávez Frías y actualmente Kim Jong Un y Donald Trump entre muchos más.
Estos personajes se distinguen también por realizar obras faraónicas que los destaquen, asimismo, ordenan realizar monumentos, estatuas, murales y cuadros que lleven su imagen para quedar inmortalizados. Son individuos que se creen dioses y que todo lo que hacen es correcto y perfecto, nunca admiten sus errores y culpas, consideran a sus críticos como sus verdaderos enemigos y los tratan como tales.
Ernest Hemingway mencionaba que el poder afecta de una manera cierta y definida a todos los que lo ejercen, es decir, las personas que tienen poder evaden la realidad y se trasladan a otro planeta, o sea, no se ubican en el tiempo y espacio en que viven, lo que provoca que tomen decisiones erróneas que afectan obviamente a sus gobernados.
Esta enfermedad se considera pasajera, sobre todo en personas que tienen poder político, éstas las padecen mientras se encuentran encumbrados en el poder, después de dejar éste vuelven a vivir la realidad y pasan a ser personas ordinarias que no encuentran en donde vivir y convivir porque encuentran el rechazo social muy fuerte. Si analizamos a cada persona que ha ocupado algún espacio de poder, nos vamos a dar cuenta que estos personajes tienen una o varias características muy marcadas de esta enfermedad, de hecho, son la marca con la que se les identifica plenamente.
México no se ha salvado de contar con este tipo de gobernantes, si le damos vuelta a las páginas de los libros de historia seguramente vamos a encontrar a más de uno. Pero en la actualidad podemos también distinguir a algún personaje de estos, solo basta con observar el actuar de algunos gobernante de los tres niveles de gobierno para darnos cuenta que también tenemos a nuestros buenos representantes del Síndrome de Hubris.
Por eso nuestro país está como está, por tanto político que ha aprovechado el poder para llevar a cabo sus locuras y ocurrencias, las cuales han provocado que la sociedad ya no crea en la política ni en los políticos, generando con estos una crisis de gobernabilidad y una molestia social generalizada. O como diría mi abuela, para no entrar en polémica, a todos los gobernantes mexicanos que padecen el Síndrome de Hubris usted póngale nombre y apellido ¿No lo creen?