Honradez a prueba
Cuando había perdido la esperanza surgió un rayo luminoso, nunca pensé que una decisión tan valiente pudiera ser posible después de un año; no, menos, cinco años de frustraciones con un gobierno que nos ha tundido con todo: inseguridad, inflación, gasolinazos, saqueo, corrupción, impunidad…
Sin embargo la esperanza muere al último. La mía la mantuve latente en espera de un milagro. Súbitamente el milagro llegó el lunes pasado (1/15/18), cuando en Tacalitlán, Jal., al inaugurar las instalaciones del 79 batallón de infantería; frente a una nutrida concurrencia, invitados especiales, políticos y distinguidos militares, incluido el General Cienfuegos; Peña dijo con énfasis: “Cumplir y hacer cumplir la ley es la primera responsabilidad de un gobernante y así lo entiende el gobierno de la República”. “No puede haber ni perdón ni olvido para los delincuentes, no puede haber borrón y cuenta nueva”. “Dejar hacer y dejar pasar a los criminales significaría fallarle a la sociedad y traicionar a México”.
Esas afirmaciones me conmovieron. Jamás pensé que Peña fuera capaz una decisión tan firme contra quienes nos han hecho un daño descomunal escudados en su cercanía con él, en el fuero y en la impunidad de la que siempre han gozado. Ya era hora que el presidente demostrara verdadero interés de enjuiciar a esos personajes (y personajas, diría Fox) quienes lejos de cumplir con sus compromisos y obligaciones como funcionarios públicos, se han valido de sus puestos para saquear y esquilmar a nuestra nación sin represalia alguna.
¿Será que esta afirmación de Peña aplica a los políticos saqueadores de todos los partidos, incluidos sus allegados, o solo a unos cuantos seleccionados? Veremos si esta decisión también se hará efectiva a “notables” de su partido, como César Duarte, Humberto Moreira, Romero Deschamps, Fidel Herrera y todos ellos.
Como mexicano me siento orgulloso de tan insólita postura de EPN. Supongo que muchos de los políticos y particulares coludidos con ellos, están sudando frío. A la clase política los tomó por sorpresa, en virtud de que la consigna entre ellos es solaparse unos a otros, mientras todos lleven su tajada.
PD. Le llegó el momento a Peña de poner su honradez a prueba. Veremos si cumple lo que afirmó categóricamente. No puede fallarle a la sociedad, hacerlo sería traicionar a México. Él lo dijo.