Slime, el moco más famoso
Estamos a unas semanas de haber comenzado el año, las mega jugueterías en los estacionamientos de los almacenes siguen en operación con lo que les resta del inventario de su temporada más fuerte y nos encontramos con que el juguete del año no se parecía nada a los juguetes más deseados en navidades anteriores. No tenía un empaque reluciente y colorido, no contaba con una millonaria campaña de marketing y no había que hacer filas interminables para conseguirlo en las tiendas.
El juguete que se llevó la ovación fue una simple mezcla casera de pegamento blanco y borax, un químico de usos múltiples entre los que destacan la limpieza y las picaduras de serpiente. Cuando uno mezcla estos dos ingredientes obtiene Slime.
Slime, que se traduce al español como baba o moco, es una “masa o gelatina elástica o viscosa hecha en casa para que los chicos jueguen y se desestresen” (kidsdirectorio.com). En español también se le llama por el elegantísimo nombre de Moco de Gorila, que fue lanzado en los 70 por el gigante juguetero Mattel.
Ha sido tal el éxito de Slime que la empresa dueña de la marca Elmer’s Glue, Newell, ha visto crecimiento en sus ventas de hasta 25% atribuible al Slime. En uno de sus últimos reportes financieros, su CEO mencionó la palabra Slime: ¡cuatro veces! No solo eso, sino que en esta temporada navideña, fue buscado más que las legendarias marcas Barbie y Hot Wheels. Los top 10 videos de Slime tuvieron más vistas en México que Despacito.
Lo interesante de este fenómeno es que su repentino y fugaz éxito solo puede ser explicado gracias al poder de la web, donde se registran más de 20 millones de videos tutoriales de cómo hacer Slime; las búsquedas han crecido 800% en el último año. Pero, ¿qué podemos aprender de este pegajoso fenómeno?
El poder de los creadores: si bien son millones de videos que se han subido a YouTube hablando de Slime, entre los 10 más vistos están los creados por
youtubers como Los Polinesios en México. Su video sobre Slime tiene 21 millones de vistas. La misma cantidad de veces que una o más personas vieron un video con la intención de replicar el experimento. Si solo la mitad hubiera comprado un bote de pegamento, hubiera significado 10 millones de unidades extras de ventas para la marca de pegamento que se pusiera las pilas ante este estímulo.
Hay que estar presente cuando el consumidor busca: si tecleo en Google “ingredientes para hacer Slime” (que por cierto, es más buscado en este momento que ingredientes para hacer mole) no hay una sola marca aprovechando estas búsquedas. Vemos un montón de resultados orgánicos, pero los negocios están desaprovechando un espacio valiosísimo para hacer un paquete que invite al usuario a “obtener todo lo que necesitas para hacer Slime con un solo click”.
Estar pendiente de las tendencias: hace unos meses, uno de los grandes mercadólogos de nuestro país, Selman Careaga, de Coca Cola, dijo en una charla que el mundo es de quienes usan la data. Dijo de quienes la usan, pues muchas personas ya están ahí en metabuscadores y herramientas de social listening y Google Trends, etc.
Lo que podemos ver es que la genialidad está en ser suficientemente curioso para ver en un montón de datos una oportunidad de negocio, como lo hizo Elmer’s en Estados Unidos con el fenómeno del Slime. *Especialista en marketing digital en la categoría de Consumo de Google México.