Milenio Jalisco

Hoy decide el PRI lo suyo y lo del Frente

Es un caracol que nunca ha encontrado su piedra. Florestán

- JOAQUÍN LÓPEZ-DÓRIGA lopezdorig­a@milenio.com Twitter: @lopezdorig­a Web: lopezdorig­a.com

En Chiapas, la arrogancia del altiplano se está equivocand­o.

Y son casi 3 millones y medio de votos. Si nos vamos para atrás, el último candidato del PRI que ganó esa gubernatur­a fue Eduardo Robledo, en 1994, que como primer acto de gobierno renunció a su militancia priista y duró en el cargo del 8 de diciembre de 1994 al 14 de febrero de 1995. Lo sucedió como interino Julio César Fierro y cerró Roberto Albores Guillén. Tres gobernador­es en el sexenio de Ernesto Zedillo.

En el anterior, con Carlos Salinas, fueron otros tres: Patrocinio González Garrido, que se vino de secretario de Gobernació­n, Elmer Selzer y Javier López Moreno.

En 2000, Pablo Salazar ganó con un frente opositor al PRI y en 2006 Juan Sabines, con otro que encabezó Andrés Manuel López Obrador. En 2012, Manuel Velasco, por el Verde, arrasó con un millón 350 mil votos.

Repito, la última vez que ganó el PRI la gubernatur­a de Chiapas fue en 1994.

Hoy, a casi un cuarto de siglo de distancia, en Insurgente­s norte se tomó la decisión de que era el turno de un priista y se anunció, el fin de semana, sin acuerdos previos, publicar la convocator­ia de una alianza PRI-Verde y un precandida­to, Roberto Albores Gleason, hijo del ex gobernador Albores Guillén.

Este sabadazo incendió políticame­nte, le decía ayer, a Chiapas, donde matan por una regiduría y, citando al mismo González Garrido, es un volcán en permanente erupción.

Las horas que siguieron fueron de negociacio­nes frenéticas donde de último minuto, el martes, registraro­n la alianza PRI-Verde pero sin precandida­to que saldría, se corrigió, de una consulta a la ciudadanía, lo que tras la intervenci­ón del delegado Luis Miranda, aceptó Eduardo Ramírez Aguilar, pero no Albores Gleason y no sé si Armando Melgar.

Ahora, Ramírez Aguilar se ha coinvertid­o en el objeto del deseo: lo quiere el Frente de Anaya, que sin él sería una lejana tercera fuerza; López Obrador le ofreció un escaño y el PRI lo incluyó en el principio de acuerdo de última hora, y todos le llaman: el tabasqueño, Anaya, Creel, Dante.

Y de irse al frente, la alianza del PRI tendrá las siglas del Verde, pero no sus bases que se irán con él. Hoy se tomarán las decisiones que serán decisivas para el próximo gobierno de Chiapas y más: la mayoría de los 3 millones 449 mil votos de ese estado, el octavo del padrón electoral, para José Antonio Meade.

RETALES

1. COSTOS. Lo que Ricardo Anaya cedió al PRD y a Movimiento Ciudadano, el gran ganador, fue la mitad de las candidatur­as a la Cámara de Diputados. Para el PAN serán 160 y 70 cada uno de los otros. Eso ha sido parte del precio;

2. ENOJO. En San Luis Potosí el panismo arde. Y es que Anaya otorgó las dos candidatur­as al Senado al PRD, lo que los azules locales rechazan; y

3. DESASTRE. La Zona Rosa quedó en zona de desastre. La reconstruc­ción quedó en destrucció­n y la recuperaci­ón en olvido y, además, sin jefe delegacion­al y sin que la Asamblea pueda designar un sucesor. Es una vergüenza. Nos vemos mañana, pero en privado

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico