Predomina el cáncer entre los saltenses
Investigadora destaca que la información evidencia la salud precaria en el municipio
El cáncer es la enfermedad más recurrente de la zona baja del municipio de El Salto y su vecino Juanacatlán, que reciben aguas contaminadas del área metropolitana de Guadalajara, de acuerdo a un levantamiento de opinión y análisis de información oficial y académica sobre salud pública, que revisó la investigadora Lizette Santana Belmont profesora de la Facultad de Economía de la UNAM y postdoctorante en CIESAS Occidente en 2016.
“La recopilación de información documental, junto con una mini encuesta de percepción sobre salud ambiental [226 encuestados] aplicada en los centros de salud de la cabecera municipal de El Salto y Juanacatlán, durante junio de 2016, muestra que el cáncer de algún tipo es la enfermedad con mayor frecuencia para los encuestados [18 por ciento], seguido por las enfermedades infecciosas o parasitarias [13 por ciento], gastrointestinales [10 por ciento] y del sistema respiratorio [9 por ciento]. Las enfermedades renales fueron mencionadas en menor, pero considerable medida [8 por ciento] así como las cefaleas, náuseas y/o vómitos [7 por ciento]”, señala en su artículo denominado “Factores ligados al problema de salud ambiental en El Salto y Juanacatlán”.
Los registros de la Secretaria de Salud de Jalisco “en lo correspondiente al municipio de El Salto, muestran cifras relevantes de mortalidad ligada a casos de enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad obstructiva crónica [epoc], tumores malignos y enfermedades isquémicas del corazón, especialmente a partir de 2004 hasta la fecha”.
Esto “indica que existe evidencia para vincular los casos con la situación de degradación ambiental y contaminación del río. No obstante, los niños y las mujeres embarazadas, al igual que los adultos mayores, son más vulnerables a los efectos de la contaminación ambiental”.
También “existe la preocupación por el estudio de los efectos de la exposición a contaminantes ambientales durante la gestación, tanto en el ambiente interior como en el exterior y hay datos que demuestran que este tipo de contaminación está asociada con el riesgo de mortalidad intrauterina, la prematurez, así como con la talla baja y peso, al nacimiento y en el desarrollo postnatal”, añade.
Y si bien, la autoridad sanitaria en Jalisco ha negado una incidencia superior al promedio metropolitano de enfermedades derivadas de exposición ambiental, la académica menciona investigaciones que lo contradicen.
“En el estudio realizado por Laura Myuki (2012) se pueden observar resultados contundentes respecto de los efectos de la contaminación del agua del río Santiago en mujeres embarazadas (...) los resultados relevantes de su estudio muestran que en las mujeres con concentraciones de arsénico en cabello mayores al valor de referencia, solo 23.1 por ciento de los partos alcanzaron la edad gestacional mínima para la inducción del parto o cesárea. De ellas, 30.8 por ciento de sus nacimientos tuvieron resultados sub-óptimos, pues se presentaron partos prematuros. También se observó que sus hijos nacieron una semana antes que los bebés de las madres con concentraciones menores o iguales al valor de referencia”.