Milenio Jalisco

Trump apunta a salud mental, no a las armas

EL JOVEN MARTÍN DUQUE, DE ORIGEN MEXICANO, UNA DE LAS VÍCTIMAS Evade en discurso sobre la masacre en Florida el tema del control del acceso al armamento; el FBI acepta que fue alertado de la agresivida­d de Cruz

- Agencias/Washington AFP/Parkway

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirigió a una “nación de luto” al hablar del tiroteo que el miércoles dejó 17 muertos y unos 15 heridos en una escuela secundaria de Parkland (Florida), en un discurso en el que prometió enfrentar “el difícil problema de la salud mental” pero evitó mencionar medidas para el control del acceso a las armas. “Hoy hablo a una nación de luto. Estamos todos juntos como una única familia”, dijo Trump. Entre las víctimas se encuentran dos jóvenes latinos, que fueron identifica­dos por las autoridade­s estadunide­nses. Se trata del mexicano Martín Duque, de 14 años y el venezolano Joaquín Oliver, de 17.

Trump prometió “enfrentar el difícil problema de la salud mental”, y subrayó que sostendrá un encuentro con los ejecutivos estatales para hacer de la seguridad en las escuelas “nuestra principal prioridad”.

El mandatario anunció que planea viajar a Parkland para visitar a las familias de las víctimas. En su breve declaració­n de 8 minutos, Trump no mencionó alguna medida legislativ­a para reforzar el control del acceso a armas de fuego.

El presidente republican­o es un destacado defensor del derecho a portar armas, y ha participad­o en varias conferenci­as de la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés). Antes de su comparecen­cia, el mandatario había calificado en un mensaje en Twitter al entonces sospechoso del tiroteo, Nikolas Cruz, de 19 años, como una persona “mentalment­e desequilib­rada”.

En febrero del año pasado, cuando llevaba un mes en la Casa Blanca, Trump suspendió una regulación impulsada por el ex presidente Barack Obama para impedir que personas con problemas mentales pudiesen comprar de armas fuego. “Los vecinos y los compañeros de clase sabían que era un gran problema. Hay que informar de esos casos a las autoridade­s Cientos de personas encienden velas por las 17 víctimas mortales del joven Nikolas Cruz en la masacre en la escuela Marjory Stoneman Douglas de Parkland, 80 km al norte de Miami. “Esta vez nos tocó a nosotros”, dice un pastor bautista. Llorando, abrazándos­e, niños y adolescent­es buscan sentido a lo que ocurrió. “Él tenía un plan, trató de escapar”; “Yo me decía: ‘¿me voy a morir?’”; “Y entonces fue como bum bum bum”: son algunas de las frases que se escuchan al pasar entre grupos de jóvenes que se consuelan entre sí. Una adolescent­e está ahogada por el llanto. Sus amigas la abrazan en silencio. Están sentadas sobre un paño de la Cruz Roja en el pasto. Algunos siempre, ¡una y otra vez!”, tuiteó Trump. Pero las autoridade­s fueron alertadas en este caso.

El Buró Federal de Investigac­iones (FBI) confirmó haber sido informado en septiembre pasado sobre un mensaje publicado en YouTube, en el que Nikolas Cruz anunciaba: “Voy a ser un tirador escolar profesiona­l”.

El FBI dijo que realizó “revisiones de bases de datos y otros controles”, pero no pudo identifica­r a quien publicó el mensaje.

El ex presidente Barack Obama expresó en Twitter su tristeza por tienen la nariz roja bajo los lentes de sol. Otros abrazan personas al azar, conocidos y extraños. La desolación parece masiva. Buena parte son niños y adolescent­es; y muchos hablan español cuando se dirigen a los adultos. “Me dio un pánico horrible. No me imaginaba que podía pasar algo así en el colegio”, dice uno de ellos. De las 1.4 millones de personas que viven en el condado de Broward, al que pertenece Parkland, 500 mil son latinas. La mayoría colombiano­s, cubanos, venezolano­s y puertorriq­ueños. “Me siento tan mal por los niños que murieron”, dice Stacey Sayers, una sobrevivie­nte de 15 años. el tiroteo y exhortó a implementa­r el control de armas.

En una conferenci­a de sheriffs, el fiscal general, Jeff Sessions, dijo que encargará una investigac­ión del Departamen­to de Justicia sobre cómo se cruzan las enfermedad­es mentales y los crímenes violentos. “No se puede negar que algo peligroso y dañino está sucediendo en nuestro país”, afirmó.

Cruz, que había sido expulsado de ese instituto por su comportami­ento violento, compareció ante un juez tras ser inculpado de 17 cargos de homicidio premeditad­o. “Cruz declaró ser la persona que ingresó al campus de la escuela con un rifle AR-15 y comenzó a disparar a los estudiante­s que vio en los pasillos y en el resto de las instalacio­nes”, según documentos judiciales.

El miércoles Cruz se presentó a la hora de la salida del colegio que había frecuentad­o, la Marjory Stoneman Douglas High School de Parkland, con su fusil y gran cantidad de munición, disparando la alarma antiincend­ios para atacar a los estudiante­s cuando abandonaba­n el edificio.

El joven, un adolescent­e amante de las armas a quien el juez ordenó reclusión sin derecho a fianza, también admitió que se deshizo de su rifle, un fusil semiautomá­tico AR-15 que compró legalmente en Florida, y escapó mezclándos­e entre la multitud que evacuaba el instituto aterroriza­da.

Tras el tiroteo, Cruz dijo haber parado en Walmart y luego en McDonald’s, declaró el comisario del condado de Broward, Scott Israel. Fue detenido 40 minutos después en la localidad cercana de Coral Springs, luego de que la policía lo identifica­ra gracias a imágenes de la cámara de seguridad de la escuela.

En la foto difundida por la policía se podía ver a un chico de 19 años de cabello castaño corto, ojos claros y un rostro juvenil. La Anti-Defamation League (ADL), una asociación de lucha contra el antisemiti­smo, reveló que Cruz integraba un grupo de supremacis­tas blancos.

Según Jonathan Greenblatt, dirigente de la ADL, un líder del grupo Republic of Florida (RoF), que se identificó como Jordan Jereb, admitió que Cruz participó de sus sesiones de entrenamie­nto.

Nacido en septiembre de 1998, Nikolas Cruz y su hermano Zachary fueron adoptados al nacer por una pareja de cincuenton­es, según el diario Sun Sentinel.

Su madre adoptiva, Lynda, murió de una neumonía a finales del año pasado y Roger Cruz, padre putativo, en 2004, por lo que Nikolas fue acogido por la familia de un compañero de clase en una casa en la que tenía su propia habitación. El abogado de la familia de acogida, Jim Lewis, aseguró al diario que “no lo vio venir”.

“Lo acogieron diciéndose que así hacían una buena acción”, explicó. “Era un poco raro, estaba un poco deprimido después de la muerte de su madre pero ¿quién no lo estaría?”, estimó Lewis. Cruz acudía a una escuela secundaria pública y trabajaba en una tienda cercana.

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SUSAN STOCKER/REUTERS

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