CASI 15 POR CIENTO DE LA CIUDAD, EN COTOS
Fraccionamientos cerrados, modelo exitoso, aunque es un desafío: expertos
El modelo es el más exitoso de los últimos años, aunque es un desafío al esquema de ciudad, advierte estudiosos
De 72 mil hectáreas sobre las que se extiende el área metropolitana de Guadalajara (AMG), 10,169 ha conforman las 2,722 versiones de la “ciudad amurallada”, es decir, 14.77 por ciento de la superficie total.
Si se considera que la conurbación tiene cinco millones de habitantes, y se asume una distribución uniforme, da para una ciudad de 738,500 moradores, tan populosa como los es ahora Aguascalientes. Sin embargo, la distribución está lejos de ser uniforme. Hay desde amplísimos fraccionamientos de lujo de casi medio millar de ha, en un extremo, hasta unidades apretujadas de dos ha, lo que pone en relieve la historia de este concepto, que evolucionó desde las nociones de exclusividad y privilegio hasta los confinamientos de obreros de bajos recursos pero anhelosos de resolver los conflictos crecientes de inseguridad.
Los “cotos” son, entonces, una respuesta en buena medida ante el miedo social, y en segundo lugar, a la demanda de eficiencia en servicios públicos. Es parte de lo que analizan los investigadores Bernd Pfannenstein, Edgar Eduardo Anacleto Herrera y Salvador Sevilla Villalobos en el artículo denominado “La ciudad cerrada y su diversificación como reto del Área Metropolitana de Guadalajara, México”, en la Revista de Geografía Norte Grande, fruto de un largo proceso de documentación de datos y de revisión de imágenes satelitales.
Documentan las disparidades que obligan a diferencia y clasificar según sea el caso, es decir, no se trata solo de tamaños.
“8.56 por ciento de las unidades encontradas pertenece al sector de lujo y ocupa 42.18 por ciento de superficie fortificada, mientras que 86,73 por ciento de fraccionamientos cerrados apenas tiene el 39.61 por ciento de cobertura territorial”, de manera que “prácticamente la mitad del espacio amurallado está ocupado solo por 10 por ciento de las unidades”.
233 unidades o fraccionamientos confinados de lujo, y luego, de 2,361 unidades “que integran las categorías de urbanizaciones cerradas de clase media y media alta, micro-urbanizaciones cerradas y urbanizaciones cerradas de interés social, 2,023 están definidas por un polígono menor a dos hectáreas de superficie, un estrato de vivienda fortificada de alta densidad que, audazmente, han sido equiparado con los beneficios y calidad de vida que se pueden encontrar en un fraccionamiento de 470 hectáreas, la superficie que alcanza el complejo de lujo con mayor cobertura territorial” (ver recuadros anexos).
¿Por qué ese explosivo éxito, que en los casos de Zapopan y Tlajomulco, rebasan, respectivamente, 20 y 30 por ciento del área urbana? “En el escenario mexicano se destacan como principales factores de éxito la incapacidad del Estado para garantizar los derechos ciudadanos básicos y el creciente problema de inseguridad, contexto en el que sobresalen dos conceptos que permiten entender el funcionamiento de los fraccionamientos cerrados en Guadalajara: seguridad y segregación”.
La importancia del primer factor “se da a partir de la relación que hay en la dicotomía seguridad- inseguridad y la percepción psicológica que emana de ella y se representa a través del sentimiento del miedo – individual o colectivo–, un efecto que tiene fuerte influencia en el desarrollo urbano y es reconocido como elemento que acompaña la evolución morfológica de las ciudades”.
Este mecanismo para ofrecer seguridad, al igual que en otras ciudades, “está fortaleciendo la aceptación del modelo provocando una modificación en los roles y funciones de los actores y agentes urbanos involucrados en la producción de ciudad a través de la implementación de políticas neoliberales […] la segregación como acción social que es motivada directamente por el miedo…”.
Si a esto se agrega que las constructoras participan “en todos los niveles de financiamiento, producción y comercialización de bienes inmuebles, es considerado como uno de los agentes principales para favorecer intereses particulares”. La respuesta que tuvo el sector inmobiliario “frente a la necesidad de diferentes sectores económicos de adquirir un hogar protegido dentro de un contexto urbano poco seguro y fuertemente degradado fue la causante de la pérdida de atributos asociados al gran estilo de vida y el prestigio social que eran característicos de la urbanización cerrada […] aunque no ha sido la mejor manera para afrontar las problemáticas urbanas, la población que está optando por la vida fortificada percibe una mejoría en su estilo de vida ya que se ha resuelto en cierta medida la incapacidad del Estado para cubrir necesidades básicas, desafortunadamente, la imposición del modelo de urbanización cerrada por parte del sector inmobiliario está generando más dificultades que beneficios por la presencia de un muro entre las personas y la ciudad. En un intento por acaparar un mayor mercado con el argumento de ‘brindar seguridad’ […] la sociedad se segmenta cada vez más, incrementa la distancia entre ricos y pobres y surgen nuevos estratos sociales. El estudio completo en https://scielo.conicyt.cl/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S071834022017000300163&lng=en&nr m=iso#aff2.