No debemos acostumbrarnos
Los asesinatos, los robos de autos, los asaltos a ciudadanos en las calles, los robos en casas habitación y en comercios, los feminicidios, la desaparición forzada de personas, las extorsiones, las violaciones sexuales a mujeres y a niñas y niños, el abandono de adultos mayores y de personas con discapacidad, los actos de corrupción e impunidad, el derroche de los recursos públicos, los altos salarios de los funcionarios y legisladores, la ineficiencia en el trabajo de funcionarios y legisladores, el deterioro ambiental, el abuso de las instituciones bancarias hacia sus clientes, los salarios miserables, la falta de oportunidades laborales que les permitan a los jóvenes tener certidumbre para sus vidas, entre muchos otros problemas y necesidades sociales no resueltas o a medio resolver que vivimos cotidianamente no los debemos aceptar como irremediables y en forma pasiva. Los crecientes sentimientos de rabia e impotencia que sienten muchas y muchos ciudadanos los debemos canalizar inteligente y proactivamente en los próximos meses evaluando y cuestionando críticamente las promesas de las y los candidatos a puestos de elección popular, revisando la congruencia de lo que nos proponen en las campañas con su trayectoria de vida y con la trayectoria y trabajo de los partidos políticos que los proponen, pero también de algunos de los que hoy se dicen independientes. Nos debe quedar claro que tenemos que dedicarle cotidianamente algo de tiempo a la participación ciudadana. Diría Martin Luther King: “Tendremos que arrepentirnos en esta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena”. José de Jesús Gutiérrez Rodríguez