Paradojas electorales
Con el mismo respeto y simpatía con los que estamos viendo surgir y participar a los jóvenes candidatos independientes de Wikipolítica, que genuinamente responden a un claro sector de la sociedad nacional, hemos de ver a cualquier agrupación de ciudadanos que en los términos constitucionales del artículo 41 aspiran a formar un vehículo institucional de sus legítimas aspiraciones políticas ciudadanas.
Los partidos son partes, por definición, del total de la ciudadanía. Como lo ha dejado demostrado Robert Michels en su ya clásico librito, todos tienen propensión a corromperse. La realidad nacional nos muestra de manera fehaciente que muchos ya se han corrompido como instituciones ciudadanas y han degenerado en franquicias de poder público y de negocios privados.
No es válido, ni científico, ni conducente, generalizar al estilo de la consigna argentina: “¡Que se vayan todos!”
Hemos visto, en España por ejemplo, cómo nuevas formaciones que nacen sanas y frescas, rescatan valores cívicos perdurables que ya perdieron los viejos partidos.
Siempre es bueno reiterar que los partidos son sólo vehículos de las aspiraciones de los ciudadanos. Un viajero avisado, en la central de autobuses, no se fija en el color del autobús para decidir a cuál se sube; se fija al frente: a dónde anuncia que lleva a sus pasajeros.
El Partido Encuentro Social es de reciente creación. Todavía no ha conquistado posiciones de trascendencia nacional como para orientar a los ciudadanos acerca de cómo se ha comportado en el ejercicio del poder público.
Se debe, por tanto, para formarse un juicio práctico, observar la trayectoria (si la hay) de sus fundadores en el poder. En su caso hay que recurrir a su ideario declarado ante la autoridad electoral que le ha otorgado el registro en los términos constitucionales: de apego a la ley, sin causas confesionales, ni vínculos de subordinación extranacional.
Contra lo que mucha gente cree, un ateo no tendrá por serlo ninguna contradicción en adherirse a la Declaración de Principios del PES. Tampoco un librepensador.
Dice el artículo 41 de la Constitución: “Los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos como partido, para su registro legal…”
En efecto, la ley determina con claridad que, para obtener registro como partido, deberán abstenerse de referencias confesionales y comprometerse a actuar en los términos pacíficos dentro de la normativa electoral. La Declaración de Principios del PES no incluye de ninguna manera, ni una sola referencia confesional. Sí apela repetidamente a los valores sociales: “Encuentro Social surge de la necesidad de conciliar la actividad política con los principios y valores éticos”.
No estará demás recordar aquí que la ética (a diferencia de la moral) es la normativa de conducta humana que surge de la propia conciencia, sin necesidad de fundarla en bases confesionales. Tampoco sobrará mencionar que la fraternidad es un valor fundacional de la vida republicana, así como la libertad y la igualdad. Viene a la memoria de manera inevitable el espléndido tratado del llorado maestro Adolfo Sánchez Vázquez sobre la Ética y Política.
Dice el PES: “No sólo hemos perdido una generación de políticos que no han generado desarrollo económico, sino también el respeto del uno por el otro, el respeto por nuestro entorno; y el respeto por los valores comunitarios que nos han mantenido juntos y en sociedad. Necesitamos sanar nuestra nación”.
De manera especial menciona la familia. “La familia debe convertirse en la principal institución social que debe promover el Estado Mexicano a través de leyes y políticas públicas vanguardistas”.
Como se puede observar, no ha habido ningún retruécano en el hecho de que los dirigentes nacionales del PES hayan tomado la decisión de adherirse al ya publicado Proyecto de Nación
2018-2024, y de manera específica al capítulo de Educación, Ciencia y Valores (pp.402-438) de la plataforma electoral de MORENA y se incorporen a su coalición electoral con vistas a la elección del 1 de julio próximo.
Para curarse en salud: esta nota no pretende de ninguna manera promover el voto en favor de un partido político nacional con registro legal. Cada quien a lo suyo. Sólo intenta contribuir con información válida y veraz, debidamente comprobada y documentada, a los amables lectores que, en su calidad de ciudadanas y ciudadanos, con la abrumadora responsabilidad de la soberanía popular pronto deberán tomar una decisión informada para marcar conjuntamente el rumbo, ahora perdido, de la Nación.
P.D. ¡Por favor, no vendan su voto a los rusos! aunque se disfracen de algún partido nacional de reconocida trayectoria. Será comida por una semana y gasolinazo por 6 años más.