La ASF y la carabina de Ambrosio
He dicho aquí respecto a otras cosas que nos hemos vuelto expertos en contabilizar nuestras tragedias. Contamos con enorme precisión nuestra enorme desigualdad gracias al Coneval, contamos nuestras carpetas de investigación de homicidios dolosos y carpetas de investigación gracias al Secretariado Ejecutivo, contamos muchas otras cosas gracias al Inegi, y así.
Que nadie dude lo bien que contamos lo mal que andamos. Lo contamos tan bien que en este sexenio estuvieron muy tentados a cambiar la manera en que contamos para vernos mejor.
Con la Auditoría Superior de la Federación pasa algo similar. La hemos fortalecido para hacer las cosas cada vez mejor. Y cada año, ahora cada trimestre, la auditoría retrata el tamaño de nuestro desorden que permite la corrupción.
Cito una parte del informe más reciente: “Se han observado montos con posible daño al erario por 6,879 millones de pesos. Los servicios supuestamente contratados se refieren a consultorías, asesorías y servicios relacionados; realización de estudios técnicos, y ejecución de tareas de supervisión. Los programas presupuestarios relacionados con las contrataciones versan principalmente sobre desarrollo social, agrario o territorial. Se ha constatado, como parte de la fiscalización efectuada, que en este tipo de esquemas participaban, sobre todo, universidades públicas como proveedoras de bienes y servicios. No obstante, en revisiones practicadas para la Cuenta Pública 2016, se ha podido identificar la participación de otro tipo de entes públicos como proveedores en estos mecanismos, los cuales están constituidos como empresas paraestatales de entidades federativas, y por otras empresas u órganos del gobierno federal (INCA Rural). Las auditorías forenses realizadas han documentado la existencia de patrones en este tipo de adquisiciones que implican la participación de varias empresas en una misma transacción, lo que origina que el esquema de subcontratación se emplee para dispersar los recursos entre varios entes. En numerosos casos se constató la ausencia de la entrega de los bienes y servicios adquiridos por la entidad contratante con una patente desviación de recursos”.
Las observaciones van a los Órganos de Control, algunos a la PGR. En términos reales no pasa nada.
El próximo reporte de la ASF será igual, o peor.
Y así.