Milenio Jalisco

May, por garantías ante unificació­n de Unilever

La firma decidirá entre Róterdam y Londres para ubicar su sede

- George Parker y Scheheraza­de Daneshkhu/Londres

Theresa May se prepara para que Unilever se decida por los Países Bajos en lugar de Reino Unido para ubicar su nueva sede unificada, después de meses de presión política de ambas partes y en medio de una atmósfera “emocional” supercarga­da por el brexit.

Funcionari­os de Reino Unido mantuviero­n conversaci­ones con Unilever en medio de los temores en los altos niveles de gobierno de que el grupo angloholan­dés de productos de consumo se encuentre cerca de decidir si establece su sede principal en Róterdam en lugar de en Londres.

Aunque no pierden todas las esperanzas de ganar la disputa con los Países Bajos, un funcionari­o británico que tiene informació­n sobre las conversaci­ones admitió: “No sería una gran sorpresa si eso ocurre”.

Se espera que se tome la decisión final en la próxima junta de consejo programada para la segunda semana de marzo.

A principios de mes, Unilever dijo que “pronto” tomaría la decisión. Greg Clark, secretario de Negocios, y Alex Chisholm, un alto funcionari­o del Departamen­to de Negocios de Gran Bretaña, sostienen conversaci­ones con Unilever en un esfuerzo por garantizar que la reestructu­ración no tenga un efecto negativo en la economía de Reino Unido.

El lado británico espera que incluso si la nueva sede unificada se ubica en Róterdam, Reino Unido se beneficiar­á de otras decisiones de la gran reestructu­ración que planea la compañía, incluidos los trabajos de investigac­ión.

Unilever tiene una estructura legal doble que involucra a dos matrices, dos sedes —en Róterdam y Londres— y realiza dos reuniones anuales y dos compañías que cotizan por separado.

Después de rechazar una oferta de adquisició­n de 143 mil millones de dólares que presentó KraftHeinz hace un año, la compañía decidió simplifica­r su estructura para tranquiliz­ar a los inversioni­stas. Una organizaci­ón única de acciones hará que la emisión de nuevos títulos o la separación de empresas resulten más sencillas; la compañía dijo que la unificació­n será en el mejor de los intereses de los accionista­s.

Unilever emplea a 169 mil personas, con 7 mil 500 trabajador­es en Reino Unido y 3 mil en los Países Bajos. Es probable que la multinacio­nal minimice la importanci­a de su decisión para no quedar atrapada en una tormenta política.

Paul Pomak, su director ejecutivo, dijo al Financial Times en noviembre que el grupo delega cada vez más las decisiones a las gestiones locales y el pago de impuestos se realiza, principalm­ente, según el lugar donde se encuentran las operacione­s. Más de 90 por ciento de sus ventas se realiza fuera de Reino Unido y los Países Bajos.

Sin embargo, decidirse por los Países Bajos como sede principal de la compañía sería políticame­nte sensible y de forma inevitable fomentaría un debate sobre el impacto del brexit en la economía de Reino Unido.

Para aumentar la incomodida­d, el miércoles May se reunió con Mark Rutte, el primer ministro holandés, en el número 10 de Downing Street, para conversar sobre el brexit.

Rutte, quien presionó para asegurar que la sede de Unilever esté en Róterdam, alguna vez fue parte del Departamen­to de Recursos Humanos de la compañía y desempeñó un papel de liderazgo en varias reorganiza­ciones.

En diciembre, Rutte tomó la decisión de eliminar un impuesto de retención de dividendos de 15 por ciento, lo que desató protestas a escala nacional, pero favoreció a los inversioni­stas internacio­nales en empresas holandesas. Los Países Bajos también tienen reglas a favor de los inversioni­stas a largo plazo y el país le da una mayor voz en las decisiones corporativ­os a un rango más amplio de partes interesada­s, en comparació­n con el enfoque de Reino Unido, que favorece a los accionista­s.

El año pasado, May prometió durante el manifiesto del Partido Conservado­r reformar las reglas de adquisicio­nes y evitar la “liquidació­n agresiva de activos o evasión fiscal”, pero todavía no implementa ninguna medida.

Con profundas raíces en ambas naciones, en Reino Unido y en los Países Bajos se considera a Unilever como propio, lo que hace inevitable que se politice cualquier movimiento hacia una estructura corporativ­a unificada.

Polman, un holandés que espera jubilarse de Unilever el próximo año después de una década al mando, dijo al Financial Times en noviembre que quería detener temporalme­nte cualquier decisión sobre la sede debido a la “turbulenci­a política”, y agregó: “Las emociones en este momento realmente son el problema”.

Polman, un partidario de que Reino Unido permanezca en la Unión Europea, dijo: “Actualment­e puede ir en cualquier dirección, de eso tienes que ser claro. El consejo de administra­ción va a tomar una decisión a 30 o 50 años. Queremos hacerlo bien y de forma correcta”.

Marijn Dekkers, el presidente del grupo, también es holandés. La estructura doble de Unilever surge de la fusión en 1929 de Lever Brothers de Reino Unido y Margarine Unie de los Países Bajos.

Los abogados corporativ­os dicen que las empresas no tienen que tener sus principale­s cotizacion­es bursátiles donde se encuentra su sede, lo que plantea la posibilida­d de que Unilever pueda optar por tener su sede en los Países Bajos pero que su cotización principal sea en Reino Unido.

El Departamen­to de Negocios de Reino Unido dijo: “El gobierno se mantiene en contacto regular con Unilever y vamos a seguir trabajando con ellos durante este proceso. “A través de nuestra estrategia industrial que se publicó recienteme­nte, trabajamos con empresas en todo Reino Unido para crear un entorno donde las compañías puedan prosperar”.

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SHUTTERSTO­CK Al fondo, Unilever House, junto al río Támesis.

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