Libro para
“Si alguien cree que tiene ideas geniales y desea escribir una obra, debe someterse a la autoridad eclesiástica competente”: director para la Doctrina de la Fe
La Arquidiócesis de México advirtió que el libro Para sanar, liberar y exorcizar: 20 años de experiencia, escrito por el sacerdote mexicano Pedro Sánchez Acosta y María Teresa Ochoa Rodríguez, tiene graves errores doctrinales, como señalar que existe un “pecado ancestral, terminó que es una invención del siglo pasado”.
El presbítero Rogelio Alcántara, director para la Doctrina de la Fe, destacó que “es muy frecuente que a la comisión lleguen este tipo de peticiones —por parte de obispos— para el análisis de materiales de lectura de carácter religioso. “Tanto en el tema de los exorcismos como en muchos otros es peligroso construir un edificio doctrinal sin los fundamentos sólidos de la auténtica fe y más cuando se desea difundir una enseñanza tan importante a través de un libro.
Alcántara expresó que “si alguien cree que tiene ideas geniales y a partir de ellas desea escribir una obra… debe someterse humildemente a la autoridad competente de la Iglesia, de lo contrario se corre el peligro de ofrecer a los lectores novedades que se salen del marco de la enseñanza católica”.
Actualmente, explicó, existe “una fiebre por supuestas revelaciones privadas, que algunas personas dicen haber recibido y desean publicar, las cuales también deben ser sometidas a juicio de la Iglesia para que se analice su presunta sobrenaturalidad… de lo contrario, las personas pueden engañarse a sí mismas, y hacer creer a otras algo que no es verdad”, advirtió el presbítero.
En el tema de la “sanción del árbol genealógico”, que trata el libro, se asegura “que un pecado personal se transmite a los hijos por vía de la generación (…) Que la pena debida resultaría en algún tipo de sufrimiento para los hijos hasta la satisfacción de la misma o que los pecados actuales pueden pasar a los ancestros; sin embargo, es muy fácil demostrar la falsedad de estos preceptos”, aclaró.
El supuesto que manejan para que alguien “sanara” su árbol genealógico es una investigación de cada uno de sus antepasados hasta llegar a la primera pareja humana, de lo contrario no estaría “liberado del daño ancestral”. Los mismos autores de la obra se dan cuenta de esta inconsistencia y argumentan que normalmente se toman en consideración cinco generaciones atrás. “Yo pregunto, ¿por qué solo cinco?, ¿es que los ‘pecados ancestrales’ pierden fuerza con el tiempo?”
Además, el bautismo perdona todos los pecados personales, En este caso, la revisión del libro no se realizó en primera instancia porque contaba con imprimatur —aprobación oficial de la Iglesia respecto a una obra—, el cual se otorgó por el obispo de la diócesis de Ciudad Obregón, Sonora, Felipe Padilla Carmona, sin haberse revisado.
El derecho canónico, explicó, “impide publicar libros y oraciones para uso público o privado sin licencia del ordinario local (obispo del lugar), que en este caso era el cardenal Norberto