Seis años más de gasolinazo
Lo dijo con todas sus letras. En el momento más importante de su vida. Lo dijo cuando las dirigencias de tres partidos políticos nacionales lo están designando para ser su candidato oficial a la presidencia de la República: PAN, PRD y PMC.
La sobresaliente reportera Blanche Pietrich lo narra certeramente: “Como si fuera un profesor de educación media, Anaya hizo una exposición sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo, entre ellas la reducción en la demanda de gasolina por la utilización de autos eléctricos”.
En consecuencia: nada de refinar en México en las 6 refinerías de propiedad nacional, como se hizo por decenios sin entrar al tobogán de los precios internacionales. Sigamos importando gasolina a precios volátiles por otros 6 años. Por supuesto, exportando petróleo en crudo, desperdiciando la capacidad instalada propia de refinación.
O sea: lo mismo que José Antonio Meade, de quien dice ser “opositor”.
Dice también Blanche: “Aprovechó este último tema para calificar de disparate la propuesta de López Obrador, de crear 6 refinarías en el país…”
Al parecer el señor profesor Anaya es tan profundo conocedor del tema que no está enterado de que ya están construidas 6 refinerías, todas de propiedad nacional; y que hasta 1982 surtían TODA la gasolina para TODA la movilidad nacional, sin fluctuación de precios.
Tampoco sabe el profesor Anaya que, si hoy las 6 refinerías nacionales sólo aportan el 30 por ciento necesario para el parque vehicular nacional, es sencillamente porque Pemex no les está surtiendo el crudo necesario para refinar.
Ya saben los lectores quién le da órdenes a Pemex. También saben que el crudo mexicano se va a los Estados Unidos para garantizar “la seguridad energética de América del Norte” (NO la nuestra) como lo dijo el ex -subsecretario de Relaciones Exteriores Andrés Rozental Gutman.
Queda claro, pues, que como en 2024 “va a comenzar el declive del consumo de gasolina”, según explicó Anaya, pues dejemos desde ahora que nuestras refinerías se vuelvan chatarra, y sigamos alegremente importando gasolina a precios volátiles internacionales.
Porque así es y no se discute, según nos aclaró el otro candidato: el del PRIANITAM, José Antonio Meade.
La cuestión central que deben considerar quienes pretenden gobernar el país en 2018-24, NO es la inevitable transformación vehicular hacia energía limpia, sino cómo no malvender en los altibajos internacionales un recurso natural acabable que es materia prima escasa de tantos productos necesarios.
Los amables lectores podrán observar la “gran” diferencia de las propuestas de los dos candidatos, para el rumbo del proyecto nacional. Porque coincidentemente ambos han criticado a coro las “ideas antiguas y fracasadas” del otro: el tercero.
Idea antigua es la democracia. Tiene más de 2 mil 600 años; y sí: sigue teniendo fracasos. Lo que nos obliga a seguir en la lucha.
Bien dice José Antonio Meade: la actual campaña es disyuntiva. Ir hacia adelante o ir hacia atrás. Dos opciones. Sólo dos.
Podemos ir hacia adelante con el gasolinazo, con la pavorosa inseguridad y el incremento en homicidios y desapariciones, el cierre de escuelas y del cupo universitario, en la reducción de salarios y en la precarización de empleos, en el desmantelamiento de la industria nacional petroquímica, con la corrupción invasora, con el ejército en las calles frente a la población civil.
También podemos seguir adelante en la destrucción brutal de los territorios comunales por la minería saqueadora, en la inflación de la canasta básica, en la falta de medicamentos, en la compra de votos como en el Estado de México.
Podríamos también seguir adelante en el derrumbe de la participación de los trabajadores del país en el Ingreso Nacional Disponible, que desde 1976, el año en que “México llegó a su mejor momento distributivo” (y el de más alto poder adquisitivo del salario mínimo en la historia) a la fecha, se ha hundido de 43.5 por ciento hasta 32.2 por ciento, según informe del destacado econometrista David Márquez Ayala de UNITÉ. Adelante seguiríamos en esa ruta con José Antonio Meade.
Dice David: “ya en la fase neoliberal, el salario (trabajo) sólo recibió 34.8 por ciento y la ganancia el 60.7 por ciento…”. Aclara que, en los países avanzados la proporción del trabajo es al menos al 60 por ciento.
O podemos echar marcha atrás de ese desastre social y absurdo económico, y corregir rumbo.
Hacia adelante o hacia atrás, dice Meade: ésa es la disyuntiva. Sólo hay de dos. Seguir con lo mismo hacia adelante; o rescatar la vieja y fracasada idea de la democracia, de hace 2600 años; la vieja idea y fracasada de la república con igualdad, libertad y fraternidad. Perseverar. Tercos.