Rindieron homenaje a Javier Juárez Woo
La ECRO develó una placa con el nombre del biólogo quien fuera uno de sus profesores fundadores
In memoriam, Biólogo Javier Juárez Woo (1954-2018), docente fundador de la ECRO, es la leyenda de una pequeña placa de mármol que se encuentra a la entrada del aula magna de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO), fundada en el año 2000, una finca construida a finales del siglo XIX y principios del XX, que se encuentra en Analco 285, esquina con Federico Medrano.
La placa se develó ayer. El acto fue breve, tan breve como emotivo. En él participaron decenas de alumnos y docentes de dicha institución, familiares y amigos de quien fue también co fundador del Museo de Paleontología y músico.
Apenas el 29 de diciembre pasado Juárez fue hospitalizado y se le detectó cáncer en la tiroides. Para el 5 de enero ya había fallecido, según rememora Alfredo Guerrero, psicólogo y su compañero por más de 34 años quien dijo que nunca se imaginarían que el mal que le detectaron fuera tan implacable y le provocara la muerte tan rápido. La ceremonia “Este acto es de justicia, dar a cada uno lo que le toca. Se va a perpetuar la memoria de Javier con su nombre y las fechas de su presencia espacio temporal entre nosotros” dijo Tomás de Híjar, amigo del homenajeado, colega profesor de la ECRO, cronista de la Arquidiócesis y colaborador de MILENIO JALISCO”, durante la develación de la placa y luego agregó: “Su presencia es un sillar que perpetuamente acompañará a la ECRO y al deber que esta tiene con el Patrimonio, el primero, el patrimonio humano, y en atención a ello, estamos dando este mínimo, elemental y necesario reconocimiento. El compromiso que nos queda cada que veamos ese nombre, es que el recuerdo que tengamos de Javier lo va actualizar entre nosotros, cuando se ofrezca decirle a quienes no lo conocieron quien era él. Que esto quede como una constancia de gratitud, respeto y cariño para el que tratamos”.
Tomás de Híjar detalló durante la ceremonia: “Javier tenía un entrañable afecto al templo de Santa Teresa y a la liturgia. En cuanto al canto medieval, muchos años tuvo ese gusto que lo llevó a cantar. ¿Qué puedo abonar con estas palabras de un amigo hacia otro que ya no está? Que su vida siga presente en la eternidad, que desde aquí quienes lo quisimos y lo extrañamos, esperamos reencontrarnos con él cuando el señor nos lo permita. Javier tuvo la satisfacción de ver nacer la ECRO y formar parte de un proyecto que necesitaba, ambición, capacidad y competencia y cariño y creemos que esas tres cosas las tuvo él. En su condición de biólogo y en su pericia, en lo que esto implicaba en su aspecto paleontológico y la competencia que tuvo en las asignaturas y encomiendas académicas y escolares que nos dejó. Nos dejó también una nota de un humanismo con una pizca de ironía y profundo sentido común que dejaba de lado, en cambio , el resentimiento, la amargura, la indolencia. Creo que al tratar de sintetizar digamos que, tuvo un pensamiento crítico, se esforzó por ser un hombre libre y debió sortear diversos lances. Aún en el de la recta final dio pruebas de constancia. Lamento no haber estado con él, pero yo mismo me estaba debatiendo entre la vida y la muerte por un accidente que me privó disponer de mí mismo algunas semanas”.
Guillermo Juárez Woo, hermano del homenajeado lo recordó como un buen hermano y buen vecino. “Siempre fue una persona con una gran calidad humana, muy ecuánime, el mejor vecino que se puede tener”. Juárez Woo y la ECRO Para Alejandro Canales, director de la ECRO, Juárez Woo fue un profesor que siempre tuvo un desempeño ejemplar. “Su responsabilidad como docente es un referente no sólo en el ámbito de su materia. Tenía siempre el temple y daba comentarios muy oportunos de otras materias, siempre con un ánimo propositivo. Es un profesor que se ganó este reconocimiento. Siempre con una actitud y ética profesional estética educativa que la profesión demanda y siempre estaba con esta inquietud de seguir aprendiendo y a la vez, saber transmitir estos conocimientos a todos quienes fueron sus alumnos. En cualquier ámbito que era convocado su voz externada era de tomarse en cuenta, porque en gran medida nos demostró su desinterés ye interés genuino por la institución, el cariño que tuvo para transmitir sus conocimientos con alumnos y colegas”.
Álvaro Zárate, coordinador académico de la ECRO precisó que al ser el titular de la materia de Biología General, fue profesor de todas las generaciones de la ECRO y dio asesoría a todos los talleres que hacen restauración con materiales de la naturaleza: Textiles, madera, papel, toda la parte con los insectos que deterioran los bienes culturales, muchos procesos, es un área científica que tiene importancia grande para la conservación. “Supo entender muy bien la parte que requieren los restauradores para su formación. En la parte humana, fue un ser
“Su presencia es un sillar que perpetuamente acompañará a la ECRO”: Tomás de Híjar Ornelas “Tenía siempre el temple y daba comentarios muy oportunos”: Alejandro Canales