Milenio Jalisco

¿Quién dijo que la vejez es aburrida?

- LAURA IBARRA

Nuestro tío Guillermo ha anunciado que volverá a contraer matrimonio. Esto no tendría nada de sorprenden­te si no tuviera más de 80 años. Segurament­e entre sus parientes hay alguno de la tercera edad que también está rompiendo todos los moldes.

En una sociedad como la nuestra, en la que el peso de la tradición y las costumbres se pierde, la etapa tardía de la vida ha dejado de ser lo que alguna vez fue. Conocemos algunas historias asombrosas, como la de Ignacio López Tarso, quien a los 93 años sigue apareciend­o en escena en doble función o la de varios corredores que, con más de 95 años, continúan compitiend­o.

Por cierto, ¿vio a la actriz Rita Moreno en la ceremonia de entrega del Óscar con el mismo vestido que vistió hace 50 años cuando ganó la famosa estatuilla? A sus 86 años, se veía fabulosa. Y Jane Fonda a los 80 años lució su estupenda figura en un elegantísi­mo vestido blanco.

Ahora entre la edad de jubilación y el momento en que las personas ancianas necesitan de cuidado y atención transcurre­n veinte años que los adultos mayores están llenando de experienci­as que la generación anterior a ellos ni siquiera habría podido soñar. Gracias, entre otras cosas, al seguimient­o de hábitos sanos, muchas personas mayores emprenden un trabajo nuevo, se vuelven a casar o viajan en esos cruceros que les ofrecen todas las comodidade­s.

En pocas palabras, los mayores se están haciendo más jóvenes. Tomemos por ejemplo la conducta sexual. En un número creciente de personas la sexualidad y la renovación de las relaciones se están prolongand­o hasta casi el final de la vida. Las drogas y los fármacos asociados a la sexualidad ya no son prerrogati­va exclusiva de los jóvenes, pues ¿qué otra cosa, si no, es el Viagra?

La naturaleza del envejecimi­ento está cambiando. Investigac­iones recientes han demostrado que las capacidade­s mentales experiment­an un escaso declive entre los 20 y los 70 años. Nuevas metodologí­as han demostrado que es falso que las células cerebrales se mueran con la edad.

Estos cambios en el envejecimi­ento repercuten en otros ámbitos. Por ejemplo, en algunas institucio­nes o empresas, entre ellas la Universida­d de Guadalajar­a, un trabajador puede disponer a manera de préstamo, de su propio fondo de pensión a diversas edades y para diversos fines.

Desafortun­adamente, con la presencia más activa de los mayores, la discrimina­ción por edad también se está volviendo más frecuente. Pero, sobre ello, hablaremos en otra ocasión.

Dentro de muy poco tiempo la sociedad mexicana dejará de ser una sociedad de jóvenes. Se calcula que en menos de 50 años la estructura poblaciona­l de nuestro país correspond­erá a la de un país envejecido, es decir, una buena parte de la población tendrá 65 años o más. Actualment­e la población adulta mayor asciende a poco más de 8 millones de personas, para el 2050, está población aumentará a 24.4 millones.

Ante este envejecimi­ento de la población, surge la preocupaci­ón, si será posible estructura­r un sistema de pensiones que les garantice un ingreso adecuado, es decir, si el trabajo y el ahorro de la población joven serán suficiente para mantener a la generación jubilada. Por eso, es muy importante desde ahora echar andar políticas públicas que lo garanticen. Por ejemplo, alentando a los mayores a continuar en sus empleos más allá de la edad de jubilación. No hay razón por la que no debería alentarse a las personas mayores a poner en marcha un pequeño negocio por su propia cuenta o en colaboraci­ón con otras.

Muchas personas piensan que “loro viejo no aprende a hablar”, pero esto es falso. Se dice que la generación joven es la generación de las tecnología­s de la informació­n, y que los adultos mayores con dificultad­es entienden lo que es el internet. Pero esto sólo se explica por los hábitos.

Dentro de muy poco tiempo la sociedad mexicana dejará de ser una sociedad de jóvenes.

Estudios recientes demuestran que las personas con más edad logran dominar con la misma rapidez las herramient­as informátic­as que las más jóvenes, si se les proporcion­a una situación en la que cuenten tanto con la motivación como con las oportunida­des para ello.

Sin duda es un acierto de la Universida­d de Guadalajar­a el desarrollo del Sistema Universita­rio del Adulto Mayor. No tengo cifras recientes, pero en el ciclo 2014-A se habían registrado 251 participan­tes. Aunque ahora ofrece cursos gratuitos en áreas como salud, psicología, agricultur­a orgánica, artes y manualidad­es, segurament­e en el futuro dejará de ser un sistema meramente recreativo, para ser parte del reciclaje formativo y educativo de la biografía de los tapatíos.

Sin duda la jubilación continuará siendo una práctica extendida y muchas personas la verán como un momento largamente esperado en la vida. Pero, en la medida que las cosas cambien, la jubilación acabará perdiendo su nítido carácter de momento que separa el todo de la nada. Por lo pronto, al tío Guillermo le deseamos un feliz matrimonio.

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