Analco, El Santuario y Chapu, bajo la lupa
Policía de Guadalajara realiza en estas zonas operativos de intervención focalizada Vecinos de la colonia Americana piden vigilar calles aledañas y no solo área comercial Comerciantes en el barrio de Analco se quejan de la baja en sus ventas
Han transcurrido dos años desde que la Policía de Guadalajara montó lo que sería el primer operativo de intervención focalizada a zonas de alta incidencia delictiva, actualmente son tres los espacios en los que mantiene presencia y en los cuales permanecerán hasta tomar el control total de cada uno de estos lugares que poco a poco se convirtieron en espacios propicios para el asalto, robo de autos, robo a casa habitación y narcomenudeo.
La presencia de uniformados se produjo por determinación del gobierno tapatío en el caso de la zona del Santuario y el antiguo Barrio de Analco, mientras que en el corredor Chapultepec y la colonia Americana, fueron los vecinos y propietarios de los establecimientos los que solicitaron la presencia de los uniformados ante la constante comisión de delitos que afectaban tanto a quienes habitan la zona, como aquellos que la visitan con fines recreativos.
La primera intervención de la policía tapatía se llevó a cabo en enero de 2016 en un espacio famoso por la venta descontrolada de medicamento controlado; El Santuario, donde basta con caminar por alguna de sus calles para ser abordados por jóvenes que aseguran poder conseguir el fármaco que sus potenciales clientes requieran. “Aún tenemos gente renuente en tratar de utilizar la vía pública por lo que hemos procedido con su detención y remisión a juzgados municipales y seguiremos en ese orden de ideas”, señaló el comisario de seguridad en Guadalajara Juan Bosco Pacheco.
La calle Pedro Loza en el tramo que se encuentra entre sus cruces con Juan Álvarez y Francisco Zarco, es la favorita de aquellos que comercializan de manera irregular el medicamento, y que no dudan en ofrecer abiertamente “lo que ocupe”, pues la respuesta habitual a la petición de algún fármaco es “claro que la tenemos”, así sea Clorazepam o Herceptin.
En esta zona del Santuario, la Policía de Guadalajara reporta haber incautado en un lapso de dos años más de 4 mil 500 muestras médicas, más de 7 mil pastillas y cerca de mil cajas con medicamento, en todos los casos, fármacos de procedencia ilícita, en contraste, de las 217 detenciones que se han logrado en este lugar, solo 10 corresponden a delitos del fuero común, 7 a delitos del fuero federal y 200 por faltas administrativas.
El segundo lugar en ser intervenido fue el barrio más antiguo de la ciudad, el Barrio de Analco, lugar en donde de acuerdo a datos del municipio, se desarrolla el 20 por ciento del total de acciones relacionadas con el mercado de la droga.
El esquema implementado en esta zona consistió en tomar algunas calles de manera estratégica y controlar el paso en las mismas, así como mantener presencia con más de 200 agentes entre policías municipales, estatales y elementos del a Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo cual derivó en una serie de protestas por parte de vecinos que se dijeron inconformes y acosados en su propia colonia, incluso convocaron a un par de manifestaciones sobre la calzada independencia y otra a las puertas del palacio municipal, para ejercer presión a las autoridades y retirarán a los oficiales del lugar.
Sin embargo la estrategia adoptada por estos grupos de civiles no rindió fruto, la policía no se movió del lugar y además la versión que emitió el municipio y en su momento fue respaldada por la Fiscalía del Estado, fue que los que protestaban, tenían relación con personas que realizaban actividades delictivas, declaración que mantiene la Comisaría Municipal, “hay gente de todo, mucha gente está completamente agradecida porque era un área de venta de estupefacientes y todo tipo de delitos, sin embargo hubo los menos, que estuvieron en desacuerdo, que la gente nos cuenta que son los que han hecho de la actividad delictiva su modo de vida y obviamente no iban a estar conformes con lo que estamos haciendo”.
Agregó que en todo momento los uniformados han actuado apegados a la ley y esto permite que en el tiempo que han tenido presencia en estos lugares, la Policía de Guadalajara no ha recibido ninguna observación por parte de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos
Por otra parte, existen demandas ciudadanas cuya legitimidad es difícil poner en tela de juicio, “la verdad es que los ingresos bajaron
La primera intervención de la policía tapatía se llevó a cabo en enero de 2016 en el Santuario
mucho desde que está aquí la policía, no tenemos quién nos vea porque no se puede circular por aquí, básicamente trabajamos y nos mantenemos de los mismos vecinos que nos traen sus carros”, explicó el trabajador de una vulcanizadora, ubicada en la calle Fortunato Arce, en tanto que el empleado de una tienda de abarrotes de la calle Aldama, señaló que desde que los operativos iniciaron, las ventas cayeron, “ya no es lo mismo, si nos afectó, vendemos menos y surtimos menos pero ganamos menos también”, dijo.
En el Barrio de Analco, de acuerdo a registros del municipio, se han llevado a cabo cerca de 2,200 detenciones en un periodo de 14 meses, la mayoría de ellas, 2mil 10, por faltas administrativas, mientras que 163 obedecen a delitos del fuero común y 64 al fuero federal, “la finalidad es que la gente esté tranquila”, señaló el comisario de Guadalajara, aunque a decir del señor Francisco, comerciante de la zona de Obregón, colindante con la zona intervenida del Barrio de Analco, se mantienen los robos a sus negocios, con “cortinazos” a los locales, situación que atribuye a falta de vigilancia por las noches.
El tercer punto y el de más reciente intervención, es el de la colonia Americana y la zona de Chapultepec, donde vecinos y comerciantes exigieron al municipio mejores condiciones de seguridad por un incremento a las actividades criminales, aparentemente, por la migración de delincuentes que operaban en la zona de providencia y que tras operativos policiacos de patrullaje, comenzaron a trasladarse al área comercial del corredor Chapultepec y posteriormente a las calles aledañas, donde se comenzaron a registrar de manera recurrente los asaltos a transeúntes, robo de autopartes, cristalazos y robo a casa habitación. La policía inició con el operativo en la colonia Americana el 20 de septiembre de 2017 y hasta el pasado 18 de febrero, detuvieron a 21 personas por robo a negocio, 10 por asalto a transeúnte, 8 por robo de vehículo, 3 por portación de arma de fuego; 1 por robo del llamado “conejero” y 5 por robo a casa habitación, además de alrededor de 150 detenidos por faltas administrativas de diversa índole, no obstante, los reclamos de los vecinos no han cesado.
“No bastaba con la presencia de la policía, la vigilancia también era necesaria en calles aledañas y aunado a eso la cercanía de los elementos con la gente hemos corregido esta situación, es la con- signa mantener un acercamiento permanente con los ciudadanos, así como empleados y dueños de los negocios para que se sientan correspondidos y si hay alguna queja o sugerencia que realizar, se sientan con la confianza de mencionarlo”, agregó Juan Bosco Pacheco.
Para algunos propietarios de negocio la presencia de policías ha logrado inhibir la delincuencia, pero consideran que los uniformados se concentran en el corredor Chapultepec y poco se concentran en calles transversales en donde se siguen cometiendo robos de todo tipo, principalmente a los peatones, a quienes les quitan el celular o la cartera.
Con más de 600 personas detenidas, la actividad delictiva se mantiene en estos espacios y actualmente la policía no puede cantar victoria con sus intervenciones, a las cuales se les determinó un periodo determinado de duración, pero actualmente, la indicación es que los operativos serán permanentes y los policías no se retirarán hasta que la autoridad logre el control total de cada una de las zonas mencionadas, posteriormente, se fijarán como objetivo otros espacios considerados puntos rojos en la ciudad.