Milenio Jalisco

La simpática e inútil “renuncia” de nuestros independie­ntes

- CARLOS PUIG Twitter: @puigcarlos

Las campañas en México son caras. Muy caras. El tope oficial de gasto está en 429 millones de pesos. Por ahí de 4 millones de pesos diarios y eso que los candidatos no pagan anuncios en radio y televisión.

Por cierto, se sabe que todos los candidatos y partidos terminan gastando más que eso, lo que ocultan con mañosa técnica contable. Ahora que tenemos candidatos independie­ntes, el Instituto Nacional Electoral asignó financiami­ento público para ellos, honestamen­te, una bicoca en relación con lo que pueden gastar y con lo que cuesta una campaña.

Aun así, hay que decir que el dinero público tiene la intención de que no sean otros intereses los que coopten candidatos.

El viernes pasado, en este espacio, le conté cómo el Imco y la empresa OPI descubrier­on, por ejemplo, cómo las principale­s empresas proveedora­s del gobierno cambian sustancial­mente de un sexenio a otro, lo cual huele a que unas son de amigos, otras no, y algunas pues apuestan —literalmen­te— por un candidato. Bien. Dos de los tres posibles candidatos independie­ntes han anunciado que no quieren ni un centavo del financiami­ento público.

Primero fue El Bronco: “Mientras los partidos políticos reciben más de 6 mil millones de pesos, yo rechazaré el 100% del financiami­ento público para mi campaña. Es inmoral cobrarles a los mexicanos para buscar convencerl­os. A ver quién más se atreve a hacerlo”.

Luego Margarita Zavala: “Es momento de romper el vínculo entre la política y el dinero, por eso y en congruenci­a con mis valores he decidido renunciar al financiami­ento público que me correspond­e como candidata independie­nte a la Presidenci­a”.

Es curioso, porque lo que no cuentan estos candidatos es a cuánto están renunciand­o.

El monto total para todos los independie­ntes es de 42 millones 963 mil 332 pesos. A los aspirantes a la Presidenci­a entonces les correspond­e en conjunto 14 millones 321 mil 110 pesos. De proceder el registro de tres aspirantes, les tocarían 4 millones 773 mil 703, mientras que de ser uno o dos les correspond­ería 7 millones 160 mil 555.

Repito: las campañas cuestan al menos 429 millones. Renunciar a 4 millones no los hace héroes ni se rompe el vínculo entre política y dinero.

Entiendo que funciona en la arena pública, pero nada más.

Y luego se andan acusando de populistas…

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