#DESCONTROLyDESCONFIANZA
L a intervención y desarme a la Policía Municipal de Tlaquepaque por parte de autoridades administrativas tanto del Gobierno de la República como del Estado de Jalisco con la participación del Ejército Mexicano, la Policía Federal y la estatal requisando a la autoridad local el servicio público de protección ciudadana y la tarea primigenia de prevención del delito, genera la merecida exigencia a los funcionarios federales y de Jalisco a fin que ofrezcan de inmediato información clara a la sociedad y se deslinden responsabilidades sancionando con todo el peso de la ley a quienes han abusado de su posición para ir en contra de la gente que deberían de defender.
Se ha relevado de la responsabilidad de protección ciudadana a los mandos y a todos los elementos policiales del municipio de Tlaquepaque y este servicio público, que es además un derecho social constitucionalmente inalienable de protección y de prevención del delito, ha quedado temporalmente en manos de la Fiscalía General del Estado de Jalisco (FGEJ), pero es importante conocer cuáles son los asuntos reales que motivaron la medida y cuál es la responsabilidad que tienen las autoridades municipales, tanto la Presidenta Municipal y sus áreas jurídicas como, más específicamente, los mandos policiales y los elementos involucrados, vinculados al crimen organizado además del permitir se esté generando demasiada violencia en ese municipio. El haber relevado a la Policía municipal colocando temporalmente a nuevos mandos y elementos solo puede paliarse brevemente el severo brote de violencia, pero no se está atacando el fondo del asunto que es la problemática causada por ineficacia, negligencia y sobre todo por la colusión criminal de mandos y elementos policiacos en las fuerzas que deberían de protegernos y que, al contrario, utilizan y abusan del poder que les dan armas, uniforme, insignias, para actuar en contra de la gente.
Si bien en los últimos días se ha acentuado la violencia en el municipio de Tlaquepaque, lo cierto es que el tema de la inseguridad, el miedo de la población a salir y a vivir, así como la desconfianza hacia las fuerzas armadas está latente y patente también en Guadalajara, Tlajomulco, Zapopan, Zapotlanejo, El Salto y en casi todos los lugares que integran la metrópoli tapatía, además de en muchas ciudades y regiones de Jalisco. Luego entonces también habría que revisar con detalle cómo está la infiltración del hampa en las fuerzas policiales en todos esos lugares siendo por demás evidente la enorme falla en cuanto al sistema y procedimientos de Control de Confianza, debiendo investigarse cómo fue que se otorgó la certificación, ya que desde ahí empieza la colusión y la corrupción, considerándose que el Control de Confianza es responsabilidad primigenia de las autoridades federales y tiene también importante intervención la estatal. Es innegable que ha fracasado el plan estratégico general que se ha buscado imponer desde el nivel central y que no obstante pudo haber estado dotado de la mejor voluntad política a efecto que llegaré a funcionar adecuadamente, nunca pudo consolidarse la plena integración de los criterios para la eficaz protección ciudadana con oportuna prevención del delito y el funcionamiento idóneo de las fuerzas armadas en forma coordinada, tanto las castrenses y policiales del ámbito federal con las corporaciones policiacas locales en el entorno de las entidades de la Federación y la primera autoridad reprobable del esquema preventivo que es la municipal. Lo cierto es que en vez de Control de Confianza existen Descontrol y Desconfianza.
La sociedad exige una respuesta inmediata sobre lo que está ocurriendo, porque hay miedo en la sociedad y ya no queremos vivir en un Jalisco con tanto miedo, queremos respuesta, información, acción y coordinación de autoridades federales, estatales y municipales, y se sancione con toda la severidad en el marco de la Ley a quienes han abusado y están haciendo todo lo contrario a lo que deberían de realizar que es proteger a la ciudadanía.
Es de reprochar la actuación de la Agencia Metropolitana de Seguridad que conformada por la voluntad de los ayuntamientos, cuenta con un altísimo presupuesto, pero que se ha limitado a firmar convenios y buscar los reflectores, pero sin ninguna eficacia en cuanto a la actividad que debería de realizar, además de no existir certeza de cuál es su función ni para qué sirve, porque está claro que ha fallado en llevar adelante planes y programas estratégicos, políticas públicas y esquemas que permitan atenuar la criminalidad en la metrópoli, siendo hasta ahora sólo un instrumento más de posible manipulación y uso proselitista sectario.
Para estar en acorde con el cumplimiento de normas electorales y morales, habrá de suspenderse la publicación de «Fuenteovejuna» hasta en tanto culmine el proceso electoral que desembocará con comicios concurrentes el próximo día domingo primero de julio del 2018, al estar inmerso en dicha acción electiva con carácter protagónico. Reanudaremos en este espacio el miércoles 4 de julio.
¡Muchas Gracias!