Congreso de EU aumenta la presión sobre Zuckerberg
“Solo testificaré si soy el más informado”, se excusa el fundador de Facebook
“Él creó esta industria y debe explicar a los legisladores y al pueblo estadunidense” el caso de Cambridge Analytica, dice el senador demócrata Mark Warner
Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, se encuentra bajo una creciente presión para que se comprometa a testificar ante los legisladores estadunidenses sobre el escándalo de la fuga de datos de Cambridge Analytica que envuelve a la compañía.
Mark Warner, un senador demócrata que desempeña el papel principal en el escrutinio del Congreso sobre la red social, advirtió ayer que la promesa que presentó Zuckerberg de que va a testificar solamente si él es experto más calificado no resulta “lo suficientemente buena”.
Zuckerberg se tardó cinco días para responder públicamente a los informes de que se filtraron los datos de 50 millones de usuarios a Cambridge Analytica, una compañía de análisis que trabajó para la campaña electoral del hoy presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Las respuestas menos que entusiastas de Zuckerberg a los llamados de los legisladores hicieron que se exacerbara una crisis de confianza en la red social que eliminó 14 por ciento de su valor de mercado. “Francamente, Zuckerberg tiene que salir y testificar”, dijo Warner a la NBC. “Él dice que lo hará si es la persona adecuada. Bueno , tengo expertos en mi personal... pero ustedes no quieren a mi personal aquí. Me quieren a mí. Él es la cara de Facebook”.
Después de romper el silencio, Zuckerberg dijo a la revista Wired que no está seguro de que sea la mejor persona para presentarse ante el Congreso. “Si alguna vez se da el caso de que soy la persona más informada de Facebook en la mejor posición para testificar, con todo gusto lo hago”, dijo. “Pero la razón por la que hasta el momento no hemos hecho es porque hay personas en la empresa cuyo trabajo total es tratar con el cumplimiento legal o algunas de estas cosa distintas, y básicamente tienen más detalles sobre esto”.
Warner, el principal demócrata en el comité de inteligencia del Senado, dijo; “Eso no va a ser lo suficientemente bueno. Tiene que salir. Creó esta entidad... de hecho creó esta industria, y tiene que salir y explicar al pueblo estadunidense y a los legisladores”.
Los republicanos se muestran más renuentes que los demócratas a expresar su desdén por Facebook, pero el presidente republicano del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes dijo la semana pasada que convocaría formalmente a Zuckerberg para que testifique
Facebook aseguró ayer que “recibimos las solicitudes y las estamos revisando”.
Para los legisladores, el acto de llamar a los directores ejecutivos para que testifiquen se trata tanto de que se vean como líderes con el poder para pedir que se rindan cuentas como para extraer información técnica sobre lo que salió mal.
El Congreso tiene suficientes poderes legales como para que a un director ejecutivo renuente le sea difícil evitar por tiempo indefinido presentarse a testificar.
Zuckerberg ya recibió intensas críticas personales por el manejo de una situación que estalló en la mayor crisis en los 14 años de historia de Facebook.
No apareció en una reunión interna de personal sobre el tema a principios de la semana pasada, y en un momento en el que las revelaciones sobre Cambridge Analytica causaba mucha desdicha dentro de la empresa.
Cuando al final abordó los problemas en una publicación en Facebook el miércoles, no se disculpó y solamente abordó los problemas técnicos que se relacionan en gran medida con la fuga de datos. En una publicación por su cuenta, Sheryl Sandberg, la segunda al mando de Zuckerberg, expresó “profundo pesar”.
Como parte de los esfuerzos para apuntalar la reputación de Facebook, Zuckerberg sacó anuncios de una página completa en periódicos británicos y estadunidenses del domingo para decir que “lamenta” que la compañía no haya hecho más en el momento de la fuga original de datos en 2014.
La falta de respuesta de una manera más rápida se asemeja a los esfuerzos tardíos para lidiar con las preocupaciones sobre la participación de Facebook en la elección presidencial de Estados Unidos que circuló durante más de un año.