La rendija
El mexicano Jean Meyer nacido en Niza, Francia, estudioso de México, su país adoptivo y que lo ha reconocido como profesor emérito del Centro de Investigación y Docencia Económicas, es un analista e historiador al que hay que atender. Entrevistado por Cecilia Ballesteros, para El
País, asevera que la sociedad mexicana está muy desalentada “…y en efecto (como dice), hay un hartazgo de que no se ha, aparentemente, logrado nada en este sexenio. Digo aparentemente porque estoy seguro de que las reformas que se hicieron tendrán algún efecto positivo a largo plazo”.
También es válida su afirmación de que desde Felipe Calderón se recurre al Ejército. También es admisible su idea de que las malas condiciones mexicanas surgen de la corrupción y la violencia. Está claro que hay una especie de banalización de la violencia, así como violencia con un sadismo gratuito.
País con mayoría de jóvenes y de mujeres que son tentados para volverse sicarios, que perpetran actos de simbología demoniaca: tatuar a las víctimas, desmembrarlas o enterrar el cadáver junto a un animal. También alude a la brutal tragedia de los feminicidios y de las desapariciones, que él entiende como una enfermedad mental. Acierta su juicio sobre que las campañas electorales no ofrecen sino golpes, ataques, pero no programas.
Y que la pobreza es el primer tema que hay que atender y, en segundo lugar, la corrupción y la violencia. Los otros males terribles son los de la sanidad. Su tercera prioridad es la crisis ambiental, al punto que: “México sigue destruyendo sus bosques, la expansión de la mancha urbana de Ciudad de México es una locura, es un crimen, cualquier megalópolis mexicana tiene una contaminación intolerable y solo nos preocupe a tres locos, nadie nos pela”, dice con un mexicanismo.
El historiador da cuenta de los principales atosigamientos. No deja de aludir a López Obrador, a quien no confunde con Chávez ni a México con Venezuela. Venga la conciencia histórica. Las violencias denunciadas, una vez que se precisan, ofrecen cifras brutales, no solo para la consideración de lo inmediato.
Se ha precisado que suman 72 alcaldes y ex ediles asesinados en el sexenio. Y así de septiembre hasta hoy se han asesinado a 12 candidatos a alcalde y a 3 candidatos a diputados locales. Doce candidatos y 7 en funciones muertos en el actual proceso electoral.
La Asociación Nacional de Alcaldes de México señala que se han asesinado durante la administración de EPN a 23 ediles en funciones, 5 electos y 44 ex alcaldes. Por estados han muerto 8 en Guerrero, 3 en Puebla, 1 en el Estado de México, 1 en Veracruz, 1 en San Luis Potosí y 1 en Jalisco. Por partidos, 5 son del PRI, 3 del PRD, 2 del PAN, 2 de Morena, 2 de Movimiento Ciudadano y 1 Independiente. Según la ANAC, el hecho de más de 100 homicidios cometidos contra ediles en 12 años es una estrategia del crimen organizado para debilitar al Estado en su eslabón más débil.
Se cree que la idea de los criminales organizados tiene la intensión de presionar al Estado para que evite la confrontación y se establezcan regiones en las que las organizaciones delictivas puedan funcionar con mucha impunidad. Se ha pedido el urgente diseño de un Protocolo para la Seguridad y Protección de Alcaldes que se ha propuesto a los poderes federales y al Congreso.