Rumbo a las semis
os dobletes de Aaron Ramsey y Alexandre Lacazette hundieron al endeble CSKA de Moscú en Londres y colocaron al Arsenal a un pasito de las semifinales de la Liga Europa (4-1).
Antes de que se hubieran cumplido los primeros 10 minutos, Ramsey ya había adelantado al rematar un centro desde la derecha de Bellerín. Apareció el CSKA, cuando el reloj marcaba el primer cuarto de hora, la que fue su única ocasión del choque, Golovin transformó un libre directo cometido por Koscielny en el borde del área para el 1-1.
Luego Lacazette transformó un penal sobre Ozil (23’) para el 2-1 y después de nuevo Ramsey se convirtió en candidato al Premio Puskas con un precioso tanto de espuela: 3-1.
El cuarto y definitivo tanto de los de Arsene Wenger no se hizo esperar, y, en el 35’, otra vez Lacazette vio portería. Esta vez tras recibir un centro lateral de Özil, armar el disparo y empalar al palo derecho del arquero ruso: 4-1.
LA OTRA SERIE
Atlético de Madrid también encarriló su pase con una victoria frente al Sporting (Portugal). El primero cayó a los 22 segundos, con un gol de Koke Resurrección; el segundo, en el minuto 40, por medio de Antoine Griezmann, de buena manufactura. ún existen estadios que pesan, campos sagrados en donde todo el dinero inyectado desde Medio Oriente no parece importar. En esta edición de la Liga de Campeones hemos sido testigos de cómo las fortalezas de Anfield y el Santiago Bernabéu han prevalecido ante el millonario financiamiento proveniente de Qatar y los Emiratos Árabes Unidos.
Las millonarias inversiones tanto en el rectángulo de juego con los fichajes de Neymar y Mbappé, como en el banquillo con Josep Guardiola, se han topado con pared en las noches de la Champions celebradas en la capital madrileña y el puerto inglés.
La Orejona es un torneo diferente, una copa que al enfrentar a la élite europea requiere mucho más que dinero para ganarla.
El Liverpool la ha ganado cinco veces con un milagro en Estambul incluido; a pesar de haber sido adquirido por un propietario norteamericano, los Rojos no han perdido la identidad que les ha hecho un equipo entrañable en toda Europa.
Su afición nunca ha dejado al equipo caminar solo, tal como la canción de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, que los scousers (habitantes de Liverpool) adoptaron como himno del equipo.
Anfield, su estadio, es uno de esos campos cuyas tribunas están lo suficientemente cerca de la cancha para recordarle a los millonarios estrellas rivales que aún son terrenales y que en el puerto vienen a una pelea, en la cual el local se va a crecer conforme a lo complicado del reto.
Anfield tendrá otra expansión pronto para alcanzar una capacidad para 60 mil aficionados; la más reciente obra en la tribuna principal del inmueble aumentó 8 mil 500 lugares para rebasar la cifra de 50 mil butacas.
El grupo Fenway, los propietarios norteamericanos del Liverpool y los Medias Rojas de Boston, han sabido conservar la tradición de sus estadios con expansiones y concesiones graduales, esto sin cambiar sus icónicas estructuras.
Por ello el parque Fenway y Anfield son tan importantes en sus ciudades, que se han convertido en destinos turísticos dentro de las mismas. Este grupo encabezado por John W. Henry y Tom Werner ha respetado el romanticismo de sus legendarios estadios, sin perder ingresos provenientes de venta de esquilmos y mercancía oficial dentro de los mismos.
Los dirigidos por Jürgen Klopp han permanecido en la élite, a pesar de los recientes traspasos de figuras del calibre de Luis Suárez y Philippe Coutinho; probablemente sea debido a que en Anfield el equipo juega con 12 y tal como su melódico canto de guerra indica: “Nunca camina solo”.
El Liverpool es un equipo que se sobrepuso no a una, sino a dos tragedias en Heysel y Hillsborough. Los habitantes de la ciudad de mi alma mater y su equipo resisten todo, desde severas crisis económicas derivadas de la reducción en el comercio marítimo, hasta los embates financiados desde Medio Oriente en la Premier y desde Barcelona para fichar a sus estrellas.
Anflied tiene un pasto sagrado, en donde los Rojos nunca caminan solos y el miércoles vencieron de forma contundente a las petrolibras inyectadas desde Medio Oriente para el proyecto que Josep Guardiola pretende hacer parte de la élite europea.
El gesto de Josep Guardiola en el banco del City