Cerámica de los Padilla viaja a Praga y Madrid
Paco, Rodo y Melín exhibirán joyería, esculturas y cuadros en la Galería Perón
Los ceramistas Paco, Rodo y Melín Padilla expondrán algunas de las piezas que han realizado los últimos años en la Galería Perón de Praga.
Se trata de varias ideas que los artistas han concretado en cerámica gres que caracteriza sus estilos, según anunció Paco, el también cantautor quien anunció que “en cada inauguración de las exposiciones que realizo me gusta cantar y platicar de las costumbres de esta región de Tonalá y Tlaquepaque que es donde se origina lo que realizamos. Creo que es una bendición y me siento muy honrado de representar esta tierra de grandes maestros de la alfarería a escala internacional”.
El artista mencionó que de Melín llevan joyería que realiza con plata y cerámica y que él mostrará algunos cuadros y piezas que hacen alusión al título de sus canciones como “Pica, pica Yahualica”, “Granos de Mazorca”, “Guerreros de Luz”.
“Aprovecharé el viaje para exponer de nuevo en Madrid. Ahí El colectivo internacional Urban Sketchers tiene su primera exposición Trazos de Guadalajara en el Patronato del Centro Histórico . Se trata de 19 dibujos enmarcados y cuadernos de trabajo en la que sus creadores reflejan estampas de la ciudad. La exhibición se encuentra en Independencia 336 y permanece hasta el 7 de mayo llevaré una serie especial en homenaje al periodista taurino Paco Baruqui, de quien se acerca su primer aniversario luctuoso. Él es una periodista muy reconocido no sólo aquí, también en España y la exposición la haremos en el restaurant galería Cien por ciento México que dirige Juan Diego Jasso”.
Por su parte Rodo Padilla manifestó estar muy satisfecho con dicha invitación y comentó que para la exposición que esperan se inaugure el 5 de mayo llevará una serie inspirada en la vida cotidiana, sus características Féminas y seres regordetes y antropomorfos bañados en coloridos esmaltes, que caracterizan su estilo. El Museo de Arte de Zapopan (MAZ) ofrece durante estas vacaciones las exposiciones Ave Peregrina, de Luis Alfonso Villalobos; y Al final todas las historias se confunden, de Carlos Ranc. La primera es un proyecto que se realiza en colaboración con el Scottsdale Museum of Contemporary Art, SmoCA, en Arizona, la segunda se creó a partir de un viaje que Ranc hizo a la isla de Clipperton en marzo de 2012 con un grupo multidisciplinario. La exposición presenta algunas de las piezas de su extenso proyecto, así como una pequeña biblioteca en español, inglés y francés. La cita es en el 166 del Andador 20 de noviembre espués de que los asistentes al FICG 31 en marzo del 2016 pudimos ver La 4ª compañía la película desapareció de las pantallas hasta que volvimos a saber de ella en el marco de la entrega de los premios Ariel en julio 2017. Sin haberse estrenado comercialmente el filme fue distinguido con diez Arieles, entre ellos a Mejor película y mejor edición para Mitzi Vanessa Arreola, guionista, editora y codirectora de Amir Galván Cervera y mejor actuación para Adrián Ladrón. A más de dos años de su estreno en el FICG el filme por fin llega a la cartelera comercial al mismo tiempo que se estrena también en una plataforma digital. Le aconsejo, sin embargo, verla en la “pantalla grande” ya que la dirección, el trabajo actoral, la ambientación y la estética visual y sonora merecen una excelente proyección. Para los espectadores que recuerdan El apando de Felipe Cazals (1976), Cadena perpetua de Arturo Ripstein (1979) y el documental Presunto culpable de Roberto Hernández y Geoffrey Smith (2008). La 4ª compañía es, además, una pieza audiovisual complementaria sumamente valiosa.
La película está basada en un extenso y profundo trabajo de investigación y búsqueda de material de archivo. Sólo así fue posible crear una historia y formular un guion que, basado en personajes y hechos reales, se convirtiera en un ficción con buena progresión dramática y un desarrollo de personajes lejos de los acostumbrados clisés del bueno y el malo, la víctima y el victimario. Tengo curiosidad por conocer las emociones y reacciones que despierta el filme en espectadores que no están familiarizados con el contexto mexicano de finales de los años setenta cuando, en el sexenio de López Portillo, el jefe del Departamento de Policía y Tránsito del DF, Arturo Durazo Moreno, manejaba la policía y la justicia a su antojo mientras acumulaba poder, riqueza (y se construía una mansión tipo La 4a Compañía Partenón cuyas fotos vimos en la prensa). La película muestra al “Negro Durazo” como apasionado del futbol americano y partidario de la supuesta “reeducación” de los reos a través del deporte. Bajo su supervisión los integrantes del equipo de futbol americano de la cárcel de Santa Martha Acatitla Los perros no sólo eran hábiles para ganar partidos de futbol sino para salir de noche a la calle y robar coches e, incluso, bancos. De esta manera La 4ª compañía ganó fama y el protagonista del filme de nombre Zambrano, un joven preso y hábil jugador de futbol, aprende lecciones de cárcel, vida y supervivencia que lo transforman profundamente.
La producción del filme, realizado enteramente en cárcel Santa Martha Acatitla con actores profesionales y reos reales, se extendió por distintos sucesos a diez años, lo que no afectó el tono de autenticidad que caracteriza el filme. Los personajes tienen vida y desarrollo propio y sus relaciones cambiantes despiertan emociones igual de inestables en el espectador. La empatía que puede transformarse en desprecio no es, sin embargo, resultado del desarrollo del personaje como individuo sino consecuencia de la cadena de corrupción que lo obliga al oportunismo, le enseña la traición y lleva a la degradación social.
El estilo visual que muestra la influencia del cine de gangster de la época de los setenta se integra al material de época que construye el contexto. La excelente ambientación, estética sonora y, en especial, el estilo de actuación permiten que la trama cargada de violencia se enriquezca con algunos toques de humor y comprensión por los personajes. No todos, desde luego, ya que la ambición y voracidad de los poderosos no tiene límites. A cuarenta años de los sucesos que narra La 4ª compañía salimos del cine con un sabor de boca amargo ya que estamos conscientes que la situación en las cárceles - y afuera de ellas – no ha cambiado realmente.