Negro panorama
P or más que Manuel Andrés López Obrador (MALO) intentó proyectar una imagen de camaradería con el empresario más poderoso de México, Carlos Slim, la guerra de declaraciones y ataques de los seguidores de Pejeova por haber dado sus particulares puntos de vista en una conferencia de prensa, como cualquier ciudadano, en relación a la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, simplemente sirvió para que muchos conocieran cómo es en realidad el señor López, quien de inmediato, en lugar de conciliar y aprovechar el efecto mediático, sacó el porro que lleva dentro y le contestó a Slim, “si es como dice él, un buen negocio, pues que lo haga con su dinero, si lo hace con su dinero, se le puede dar la concesión”. Más claro que el agua, en el remoto caso de que MALO llegara a ser Presidente (nuevamente, ¿o no fue ya Presidente legítimo?) NO se cancelaría el proyecto del aeropuerto, que cumpla el ofrecimiento y lo otorgue en concesión y que tenga la seguridad que se crearía un gran consorcio para explotar esa concesión ya que el proyecto es sumamente rentable, auto financiable e importante para el desarrollo nacional. Ya no se requiere Santa Lucía.
Muchos seguidores del señor López aplaudían a rabiar, cual focas en espectáculo marino esa triste respuesta, e inclusive muchos despotricaban en redes sociales desde su Amigo Kit de Telcel, mientras nos enterábamos que nunca existió esa aparente cordialidad y apoyo del dueño de Grupo Carso hacia la candidatura de Lopitos, y no solo eso, sino que cuando Slim presidio el fideicomiso de rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México, la coordinación no fue con el entonces DF sino con el gobierno federal y que sí tuvo serias discusiones con el Peje. Pues ahora, al inicio de la debacle anunciada, el Consejo Coordinador Empresarial canceló, en definitiva, la mesa de diálogo por el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad (AICM), en base a que López no ha aceptado la invitación para discutir los proyectos de infraestructura para los próximos 50 años. La respuesta no se hizo esperar, los culpables de esa cancelación son los de “la mafia del poder”, ente ultra maligno al que solo él puede enfrentarse, cual Jedí, y al igual que como el otro loco, llamado Don Quijote, enfrentó a ese gran enemigo en forma de molinos de viento, nuestro tropical Quijote enfrenta a un ente más malo que “El Imperio” con todo el lado obscuro de la fuerza y que son los de “la mafia del poder”. Apenas se recuperaban de sus campañas de boots en contra de Slim, cuando la principal empresa Minera del país aclaraba no ser dueña del avión privado en que viaja Lopitos, a pesar de haber dicho que él no viajaría en aviones privados como “señoritingo”, bien dicen en mi rancho “cae más pronto un hablador que un cojo”, criticando la Minera también la invitación de Napoleón Gomez Urrutia al Senado de la Republica por los de Morena Co. líder que no controla más del 10% de los mineros del país.
El INE debe investigar muy bien lo de la renta del avión, ya que el mismo tiene matricula de aeronave privada y entonces estaría violando su propietario las leyes aeronáuticas del país, pero curiosamente en los registros aparece a nombre de una dama, y los asesores de Malo, tratando de aclarar, que fue renta no uso de avión privado, exhiben una supuesta factura expedida por “Servicios y Reparaciones Aeronáuticos S.A. de C.V. por un importe de $76,560.00 a favor de “MORENA”, y no con el nombre correcto del Partido político. ¿De quién es pues el avión?
Todo esto solo está provocando, que ahora sí, el sector empresarial externe su abierta oposición a López Obrador (se queda solo Alfonso Romo) y como los mercados están muy nerviosos nuestra moneda sufrió un rudo revés, el primero de muchos, registrando una perdida en el tipo de cambio con el dólar de 39.80 centavos, la más alta del año y desde enero de 2017 (efecto Trump), provocada porque sigue punteando Lopitos en la encuestas y por ello los inversionistas, anticipándose a una devaluación, empiecen a demandar cada día más dólares, euros y oro, ya que todos los analistas coinciden que el triunfo de MALO provocaría, por exceso de demanda, una encarecimiento de esas divisas y el Banco de México, no estaría obligado a intervenir en el mercado “quemando” dólares para evitar un mayor deslizamiento, que podría colocar al tipo de cambio en niveles insospechados, por eso dicen que el riesgo no es el tipo de cambio, sino el “cambio de tipo”.