Por qué se retiran los asesinos seriales
L
a semana pasada, las autoridades de California dieron a conocer la detención de Joseph James DeAngelo, de 72 años, un asesino serial que estuvo en activo de 1974 a 1986.
DeAngelo cometió al menos 12 asesinatos y más de 100 violaciones. Durante años, los medios se refirieron al criminal como El Asesino del Estado Dorado, aunque, de acuerdo a las zonas en que se movió, recibió otros sobrenombres: El Violador del Área Este, El Original Acosador Nocturno, y El Asesino del Nudo de Diamante.
El 5 de mayo de 1986, Janelle Cruz, de 18 años, fue violada brutalmente en el interior de su domicilio antes de ser asesinada.
La policía vio con preocupación ese homicidio, pues al parecer anunciaba el regreso de El Original Acosador Nocturno, ya que su último crimen reportado había ocurrido cinco años antes.
En 1991, DeAngelo amagó con retomar su actividad homicida. Una de las sobrevivientes de los ataques del acosador levantó el auricular después de escuchar el repiquetear del teléfono. Escuchó la voz del asesino, aunque también oyó las voces de una mujer y de un niño.
Después de 10 años, en 2001, otra sobreviviente escuchó aterrada la voz del predador en el auricular. “¿Quieres jugar? ¿Recuerdas cuando jugamos?”, preguntó el individuo.
Fue todo. Por muchos años no hubo información pública de Joseph James DeAngelo, hasta su detención el pasado 24 de abril.
Existe la creencia de que a los asesinos seriales les resulta imposible parar de matar; sin embargo, psiquiatras forenses, perfiladores de conducta criminal y detectives de homicidios asignados a casos fríos consideran que las carreras homicidas imparables son más mito que realidad.
Eric Witzig, un detective de homicidios retirado, señala: “Nunca ha habido un estudio real enfocado a responder por qué los homicidas seriales detienen su carrera. Lo que tenemos es un montón de anécdotas”.
En 2008, el Centro Nacional para el Análisis de Crímenes Violentos del FBI publicó un estudio con una gran cantidad de factores que pueden contribuir a la inactividad total de criminales reiterativos.
La investigación explica que los asesinos seriales detienen su marcha cuando encuentran salidas alternativas a sus emociones. El estudio menciona a Dennis Rader, El
Asesino BTK, quien acabó con la vida de 10 personas entre 1974 y 1991, pero no cobró más víctimas antes de ser aprehendido en 2015. La investigación señala: “Durante entrevistas realizadas por agentes del orden, Rader admitió haber participado en actividades autoeróticas como sustituto de sus asesinatos”. Otros especialistas indican que el empleo y la familia son factores poderosos para estabilizar las fuentes de estrés que mueven a muchos homicidas seriales. Michael H. Stone, profesor de psiquiatría forense en la Universidad de Columbia, quien ha centrado sus estudios en los predadores seriales, descubrió que Gary Ridgeway, mató a cuanta prostituta pudo durante sus dos primeros matrimonios, que coincidentemente, estuvieron plagados de dificultades. Al llegar a su tercer matrimonio, Ridgeway era un hombre feliz, sin actividad criminal, lo que no fue impedimento para que la policía lo detuviera. Para el perfilador de conducta criminal del FBI hoy en el retiro, Mark Safarik, quien se ha especializado en el estudio de homicidas sexuales que han envejecido en prisión, la baja en la testoterona es un factor que incide en la actividad de los homicidas seriales. “Son raros [los homicidas seriales] de o por arriba de los 50 años. Simplemente no los vemos. Pedófilos por arriba de los 50 sí los hay, pero no violadores y asesinos seriales [de esa edad]”.