MAMÁS MILLENIALS.
Las mujeres de esta generación ven la descendencia no como una obligación en sus vidas ni como un obstáculo para seguir creciendo en su vida profesional
Las mujeres de esta generación ven la descendencia no como una obligación ni como un obstáculo para seguir su vida profesional, además son independientes económicamente y conectadas.
Justo en la etapa reproductiva se encuentran hoy las mujeres de la generación “Y” popularmente conocida como millenials. Tienen hoy entre 16 y 37 años (el rango se mueve ligeramente según el autor, pero el mayor consenso coincide en que pertenecen a este grupo las personas nacidas entre 1980 y 2002), y como es de esperar muchas se han convertido ya en madres, especialmente si se toma en cuenta que para las mexicanas la edad para tener al primer hijo es de 24 años en promedio (Inegi, 2014).
Mamás millenials hay de todo tipo, un abanico tan diverso y desigual como lo es el país, y entre ellas un grupo que se identifica claramente por marcar la diferencia generacional: no responden a roles tradicionales. Ellas son profesionistas, independientes económicamente, sin interés en el modelo del ama de casa que vieron en sus madres o abuelas –muchas no están unidas a una pareja- y viven conectadas… al mundo digital, que es parte de su cotidianeidad.
La doctora Janny Amaya Trujillo, investigadora del Instituto de Gestión del Conocimiento y el Aprendizaje en Ambientes Virtuales, del Sistema de Universidad Virtual (SUV) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) explicó que si bien no puede englobarse a todas las mujeres bajo una misma etiqueta sólo por haber nacido en un espacio de tiempo “si puede advertirse un cambio en el rol de la maternidad” de las millenials.
“Obviamente sin entrar en generalizaciones, pues estamos hablando de un universo muy amplio, donde también hay amplias desigualdades, y en una parte vemos a este sector de jóvenes que tienen otras herramientas, otros recursos, y que se posicionan de manera distinta con respecto a la maternidad. Más que asumir un papel ya escrito dentro de la trayectoria de vida de cualquier mujer, lo asumen como una decisión mucho más consciente, no como una obligación; como una decisión más responsable parte de su proyecto personal e incluso como una decisión más disfrutable”, indicó la investigadora.
Múltiples artículos, más y menos serios, describen las características de la generación millenial, que a grandes rasgos destacan: son independientes, buscan oportu-
nidades de crecimiento, renuncian a su empleo en periodos más cortos en pos de mejor remuneración, tienen mayor grado de escolaridad que la generación anterior, están conectadas al mundo virtual, no les apura el arraigo a un lugar geográfico o trabajo y prefieren viajar que sentar raíces, por lo que están dispuestos a cambiar de residencia. El reporte Economías Regionales Abril-Junio 2017 del Banco de México identifica incluso que tienen una menor tendencia a vivir en pareja (66.7%) y a tener hijos (60.7%). Proyecto de vida Ximena es contadora de profesión, tiene treinta años y un bebé de un año ocho meses. Asegura que es feliz de ser madre pero no quiere dejar de ser ella por la maternidad. “Mi proyecto de vida cambió por completo cuando me embaracé. Dejé de trabajar al final de mi embarazo, no estaba contenta con estar en casa, esperando a que él llegara de trabajar y yo no hacerlo… tuve depresión postparto y de eso nadie te habla… Al final me convertí en otra persona que yo no quería ser”, comparte.
Tras los primeros meses del nacimiento de su hijo enfrentó la verdad: “No soñé ser ama de casa… Yo era independiente económicamente y ahora pedirle a mi pareja que me diera para esto o aquello o esperar a que te den la quincena, no… Yo también quería un trabajo, tenía talento y mucho que dar profesionalmente para poder sentirme bien y estar bien con mi familia”.
Amaya Trujillo señaló que las millenials que son madres disponen ahora de otros recursos que van más allá de las redes de apoyo tradicionales inmediatas: desde el acceso a Internet hasta la integración a comunidades en redes sociales que son más o menos del mismo perfil y orientan en torno a diversos temas relacionados con la maternidad y la crianza. “Ya no es la mamá encerrada en el consultorio del médico, sino la mamá atenta a la búsqueda de otras fuentes de información”, acotó.
Janny Amaya apuntó que este grupo de la generación millenial se está visibilizando y ganando espacios en lo que el acceso a las tecnologías de la información es decisivo.
Y basta un recorrido en Facebook, en Twitter o en Pinterest para comprobarlo. En las redes sociales se encuentran comunidades que han impulsado fuertemente posturas a favor del parto natural, de la lactancia materna, guías para educar a los hijos, etcétera. Y por supuesto, grupos que apoyan el crecimiento laboral de las mujeres y su escalada en el mundo profesional, sean o no mamás.
La investigadora subrayó que frente a este movimiento no pueden perderse de vista otros fenómenos sociales, como el embarazo adolescente no planeado, un problema de salud pública que, por el contrario, reduce las oportunidades de desarrollo de las jóvenes. “No quiero pasar por alto esta desigualdad, hay estadísticas que demuestran que hay un grupo reproduciendo un patrón y lo sigue reproduciendo, porque sus condiciones sociales son distintas; y otro sector que vive la maternidad de manera más libre y más informada. Insisto, desde otra posición”.
Ximena pertenece a este último grupo. Recuperó la salud y luego su proyecto de vida. Volvió a trabajar –no sin sentir cierta culpa por los reproches que le hacían su suegra y su propia madre respecto a “dejar al bebé tan chiquito en una guardería”, admite- y está a punto de abrir su propio despacho. Estudia una maestría y se ha separado del papá de su hijo pues “la relación no funcionó”. Hoy no tiene pareja, pero esta mamá millenial es feliz sin el príncipe azul y la casita de ensueño.