Reflexionan sobre el papel del periodista en la web
Braulio Moro, periodista de Radio France Internationale, estuvo de visita en Guadalajara en donde impartió una conferencia a estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Los temas que le parecieron básicos abordar fueron sobre El periodismo frente a los desafíos del internet y las redes sociales y una segunda parte sobre los cambios de América Latina vistos por la radio francesa. “Estamos asistiendo a un proceso de revolución como pocas veces se ha vivido en la profesión del periodismo. Estamos pasando de un momento en que los periodistas tenían cierto monopolio de la información como la prensa, televisión o radio a una situación en donde la demanda se ha fragmentado, es muy heterogénea, como la que ofrecen el podscast, streaming, y eso implica un enorme desafío para los periodistas de cómo adaptarse a esa situación. También debe recordarse que una cosa es dar información y otra ser peridista. Hablamos de periodismo cuando dicha información está basada en la investigación independiente, que es información transparente. El resultado siempre debe ser una información que respeta la vida privada”. De acuerdo con el experto, de la información que circula en internet apenas el 40 por ciento es de primera mano ya que el resto que es copy page representa el 60 por ciento.
Para Moro no debe infundirse a los jóvenes que la información no es gratuita.
Respecto al segundo tema de la charla comentó que Radio France internacional es una institución pública y al igual que el audiovisual público no depende del estado. “En Francia existe un impuesto audiovisual, cada familia tiene un impuesto para televisión. Ese dinero se destina a pagar a Radio Francia y quienes trabajan para ella están obligados a otorgar una información de calidad. La expectativa crece este año porque varios países de América Latina tendrán elecciones y se tiene curiosidad como se comportará en las urnas la generación llamada Millenials.m a pena de todo hombre y toda mujer se funda en el olvido de su procedencia, pues quien olvida su origen se pierde entre las calles de un lugar atópico, un no-lugar, como ha pasado hasta ahora.
Cuando el Sapo inmortal de la literatura estableció la diferencia entre poema y poesía, que es absolutamente falsa, la propuso para justificar todos esos cambios que le hizo a sus textos poéticos con la única finalidad de que nadie se diera cuenta de lo estúpido que era.
Y realmente lo logró, pues a tantos años de su muerte, muchos siguen creyendo sus ideas a pie juntillas.
Un lugar atópico se crea mediante la confusión que causa la disociación de ideas, manifestada por alguien que tiene alguna autoridad.
Desde Berkeley hasta hoy, los filósofos dudan de la precisión de la percepción de los sentidos y afirman que estos nos engañan y por ello depositan su absoluta confianza en el razonamiento, como el único elemento capaz de discernir, verificar y precisar el grado de certeza de la percepción.
Sin embargo, el razonamiento manejado por el interés personal puede ser un instrumento para ejercer el engaño y crear un lugar atópico a través de la confusión de las ideas, tal como lo hizo el Sapo inmortal de la literatura.
Pero ¿en este mundo feliz en el que todos viven tranquilos pensando que las cosas están bien, que todo es cuestión de respetar, se puede decir algo que si le mueve el piso a nuestro interlocutor no pueda éste acomodarlo a su estructura mental sin que le afecte en algo, no puede hacer todo para que ni siquiera le cause el mínimo malestar?
Y si así fuera, ¿para qué incomodar esa paz, para qué sacar de sus casillas a quien nos escucha, con nuestras dudas, con nuestro modo distinto de ver el mundo?
La diferenciación de poesía y poema es equívoca, pero se maneja sin problema alguno, porque así no se tiene responsabilidad alguna por lo que se escribe en este género literario.
Se aceptan las cosas como están y no se duda ontológicamente de la existencia de nada, pues dudar provocaría de inmediato poner en tela de juicio todo lo que hasta ese momento se conoce.
El hombre ha olvidado su procedencia y por ello vive atrapado en una realidad social que se ha creado con sus ideas y razonamientos como si fuera inmortal… ya veremos cuando el destino lo alcance.
¿Deberían contarse las cosas para darles una respuesta, o deberían callarse para que nunca la verdad de las cosas sea reconocida?