Panteones reciben tradicional visita por el Día de las Madres
Los panteones de la ciudad compitieron este jueves con restaurantes y comercios como escenario principal de la festividad por el Día de las Madres. Puntual a la cita llegó María Guadalupe Sánchez para visitar a su mamá, cuyos restos mortales descansan en el céntrico cementerio de Mezquitán desde hace ya 31 años.
“A lo mejor algún año no llegue, pero sí casi todos”, dice tras seguir el ritual de cientos de peregrinos que acuden a la visita tradicional a las madres difuntas.
María, como todos los otros, recorre el largo paseo principal que divide las calles de este panteón, cortado a la mitad por una avenida. Lleva un gran ramo de flores que adquirió por 130 pesos. Limpia la tumba blanquecina, ahora iluminada por el colorido púrpura y amarillo del arreglo floral elegido, y reza. Luego calla… para hablar “desde adentro” con la madre que no puede abrazar.
“La extraño como el primer día”, comparte. Ella, madre y abuela, festejará después la maternidad con una reunión en casa de su suegra. El peregrinar es constante y los empleados municipales advierten que la mayor afluencia se da por la tarde, cuando ha bajado el sol y la comida. Pululan además, promotoras ofreciendo servicios a previsión. “No creo que voy a ser eterno pero no me interesa”, les suelta por respuesta un hombre que va apurado al trabajo, pero ya cumplió “con visitar a la jefa”.
Haciendo gala de su nombre, los servicios de previsión ofrecen ahora aventón en un carrito automático que transporta a los visitantes de extremo a extremo del cementerio para que no se asoleen. En tanto, personal de Protección Civil y elementos de la Policía montada, vigilando que todo vaya bien. “Para mi venir este día al panteón es algo muy especial”, explica Rosa María, cuya madre falleció hace seis años. Sus visitas al camposanto son frecuentes, pero en esta ocasión acude toda la familia y eso es parte de la tradición
Flores, oraciones, música, y un tumulto de hijos y nietos, llenaron los camposantos ayer
de 10 de Mayo. Como es día laboral, el convivio seguirá por la noche con el resto de hijos y sobrinos. Celia Gutiérrez aprendió desde niña esa misma tradición, al ser llevada por sus padres para visitar a su abuelita quien falleció hace 24 años, y desde hace tres también a su madre. “Desde chiquita venimos el 10 de mayo (al panteón), también cuando cumplen su aniversario de fallecimiento y el día de los fieles difuntos”, aseguró.
“La madre significa todo. Lo es todo. Se siente el vacío cuando ya no la tiene... pero aunque ya no estén con nosotros, las llevamos en el corazón”, resume Celia.
Afuera, la vendimia de flores y de nieves para mitigar el calor, y tráfico de la transitada calzada Federalismo que saca del estupor y la nostalgia. La vía hacia lo que queda del 10 de Mayo y el festejo materno.