El espacio reservado para los que odian
Hay descontento, hay inconformidad, hay enojo, esto ya lo sabemos. Pero, también hay odio. Mucho resentimiento de unos mexicanos hacia otros mexicanos. Mucha rabia acumulada. Mucho rencor. Mucha malquerencia. Nuestra sociedad está fatalmente dividida.
Y es que la cosa pública no es administrada simplemente por un Gobierno incapaz, digamos, o ineficiente o corrupto. No. Manda la “mafia del poder” y ahí estamos hablando ya de otra cosa, ahí no hay cabida para ningún posible beneplácito ni lugar para la más mínima legitimidad. No se trata ya del aparato oficial —ni de las instituciones— sino de un entramado prácticamente criminal. Una mafia, pues sí. Una estructura que se organizó, en su momento, para perpetrar un ignominioso fraude electoral. O sea, un despojo. Un robo en despoblado.
¿Cómo no vas a aborrecer a los autores de tamaña infamia? ¿Hay democracia en este país? No. ¿Se le puede otorgar la más exigua confianza al sistema que organizó esas elecciones? Tampoco. ¿No fue un “espurio” el presunto ganador que, por si fuera poco, pretendió obtener una pizca de respetabilidad emprendiendo una sangrienta guerra contra los cárteles del narcotráfico? ¿Y no tuvo lugar una auténtica toma de posesión presidencial protagonizada precisamente por el primerísimo afectado para mostrarle, al mundo entero, que el pueblo mexicano no se resignaba a que sus voces fueran acalladas?
El pillaje se repitió en 2012, encima, aunque en esta última ocasión la receta fue un tanto diferente porque la trampa no se consumó en las urnas sino comprando votos y voluntades. Y, de nuevo, los autores de la estafa fueron quienes detentan actualmente el poder, sostenidos por unos empresarios que necesitaban seguir manteniendo sus colosales privilegios y que, ahora mismo, se oponen “a que haya un cambio en México”: no quieren “un cambio de régimen y no quieren dejar de robar”, denuncia Obrador, respondiendo al escrito que el Consejo Mexicano de Negocios publicó recientemente en los diarios.
Pero, señoras y señores, ha llegado la hora de la revancha. Es decir, los que odian tendrán un espacio asegurado en el maravilloso México que se edificará a partir del próximo 1º de diciembre. ¿Cuál?