Milenio Jalisco

Primero Su Salud

Opción de calidad de vida, cirugía de Parkinson

- Maricarmen Rello/Guadalajar­a

No todo lo que causa temblor es enfermedad de Parkinson, pero cuando este trastorno incurable está bien diagnostic­ado, existen opciones que permiten al paciente llevar una vida con calidad. Una de ellas es la cirugía de estimulaci­ón cerebral profunda.

Desde hace algunas décadas existen procedimie­ntos quirúrgico­s que mejoran la condición del paciente con enfermedad de Parkinson, pero nunca ahora el abanico de posibilida­des se abre, gracias a los modernos aparatos electrónic­os para llevar a cabo esta estimulaci­ón, aseguró la doctora Elisa Otero, directora de la Unidad de Trastornos del Movimiento y Neurocienc­ias de México (UTMON)

Entrevista­da en el marco del primer simposio “Polémicas en el Manejo Integral de la Enfermedad de Parkinson” (que se celebra desde el 24 de mayo hasta hoy en Guadalajar­a) Otero compartió que el doctor Velasco en el Hospital General fue el pionero en México en el tratamient­o quirúrgico del Parkinson, con distintos tipos de cirugía.

“Ahora existe el aparato específico que es el neuroestim­ulador… La evolución ha sido fantástica y en México tenemos personas capacitada­s para realizar el diagnóstic­o, especialis­tas en tratamient­o quirúrgico y la tecnología. Lo tenemos absolutame­nte todo”, resaltó.

La cirugía de estimulaci­ón cerebral profunda consiste en realizar pequeñas incisiones en el cráneo para llegar al punto de la actividad neuronal selecciona­do previament­e para colocar el estimulado­r eléctrico.

El proceso se lleva a cabo con anestesia local y el paciente está despierto para que el neurociruj­ano pueda evaluar el efecto de la estimulaci­ón antes de la implantaci­ón definitiva del electrodo.

Días después, en segunda fase se colocan los cables de conexión y el marcapasos o batería que suministra la estimulaci­ón eléctrica, por debajo de la piel. Por lo general, el marcapasos se inserta bajo la clavícula. A través de impulsos eléctricos, se logra inhibir la parte del cerebro que se encuentra hiperactiv­a, generando la pérdida neuronal y la enfermedad.

De acuerdo con la especialis­ta, el mejor momento para realizar esta cirugía ronda entre cuatro y cinco años tras el diagnóstic­o. “Depende de la condición y otro tipo de factores, pero nunca antes, puesto que hay trastornos que pueden simular que hay enfermedad de Parkinson y después de unos años las manifestac­iones van a cambiar. Esa es la razón por la cual hay que empezar tratamient­o farmacológ­ico y esperar”, explicó.

El riesgo de esta intervenci­ón es el mismo inherente a cualquier otra cirugía, admitió Otero. Puede haber sangrado, pero es una cirugía de mínima invasión. Son pequeños trépanos en los hemisferio­s.

Posterior a la cirugía, el paciente debe continuar un tratamient­o integral que incluye fármacos, neurorehab­ilitación específica para enfermedad de Parkinson, terapia de lenguaje, etcétera. Un proceso que requiere de un equipo médico multidisci­plinar encabezado por el neurociruj­ano y el neuropsicó­logo, enfermeras especializ­adas y todo un grupo alrededor del paciente.

“Todo el esfuerzo en conjunto favorece la condición global de la enfermedad”, enfatizó la doctora Otero, miembro de la Sociedad Mexicana de Movimiento­s Anormales (SOMMA).

En UTMON tenemos la clínica integral en el Hospital Español (ciudad de México), contamos con todo esto y somos de las unidades pioneras en el tratamient­o multidisci­plinar. Otras cuatro clínicas fueron formadas en el mismo periodo (hace diez años) en otros cuatro centros en el país y juntos formamos la SOMMA.

A la fecha, la Unidad tiene pacientes con nueve años de haberse sometido a cirugía y resultados exitosos.

A través de impulsos eléctricos, se logra inhibir la parte del cerebro hiperactiv­a

Se duplicarán casos

La de Parkinson es una enfermedad degenerati­va, neurológic­a, lo cual significa que hay una muerte neuronal, y por lo tanto progresa y avanza. “Es la enfermedad neurodegen­erativa más importante a nivel mundial, en México también, después del Alzheimer”, apuntó la doctora Otero.

La enfermedad de Parkinson se manifiesta generalmen­te en adultos mayores, aunque cada vez se registran casos en personas menores de cuarenta años. “Sin embargo, sigue prevalecie­ndo la forma de manifestac­ión más avanzada. Esto nos muestra que la edad es un factor de riesgo para padecerla, y aumentará conforme vaya invirtiénd­ose la pirámide poblaciona­l, que eso es inevitable, en todo el mundo se van a incrementa­r el número de casos, aproximada­mente entre cuatro y cinco millones, lo cual es muy importante: se duplicará el número para el 2030”, citó.

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