Niegan al PRI candidaturas en Jalisco
El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC), negó anoche seis solicitudes de registro de candidaturas en municipios de la entidad, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En sesión extraordinaria, resolvió las solicitudes de registro de candidaturas a munícipes, respecto a las planillas presentadas por el PRI, en Autlán de Navarro, Colotlán, Cuautla, San Juan de los Lagos, Ojuelos de Jalisco y Tamazula de Gordiano. Se aprobó por unanimidad de votos la negación de dichos registros para el tricolor.
Durante la reunión, los consejeros resolvieron también la solicitud de registro en la planilla de candidaturas a municipios por la colación Juntos Haremos Historia, en Tlajomulco.
Así, por unanimidad, se aprobó el registro como candidato a munícipe propietario número 3 (regidor) a de Key Tzwa Razon Viramontes, en cumplimiento a lo ordenado por la Sala Regional Guadalajara del Tribunal Electoral. A cuántas amistades ya no saluda, frecuenta, ha dejado de seguir en redes o simplemente las ignora por sus preferencias políticas?
A ver, sinceramente, ¿cuántas son, quiénes son? No se haga.
Porque todos tenemos alguna, o varias o muchas (o cientos) de personas con las que interactuamos en nuestras actividades cotidianas y que, de repente, nos empiezan a platicar de política electoral, de candidatos, de antecedentes de unos y de otros, de lo bueno que sería si o lo terrible que será si... y es natural por estar inmersos en un proceso electoral que, en el caso de Jalisco, renovaremos a todas las autoridades elegibles posibles.
Veamos. Este 1 de julio podremos votar para presidente de la república, senadores, diputados federales, locales, gobernador y ayuntamientos, y en las campañas participan miles de personas de manera interesada porque son parte activa de algún proyecto político, porque tienen algún negocio con alguno de los primeros, y luego están los que aspiran a ser considerados después en un determinado gobierno emanado de equis partido.
De todos ellos podemos entender su empeño por convencernos de votar por su candidato, pero hay otros que sin tener un interés fundamentado o monetizable -o al menos no de manera evidente por ahoraquieren llevarnos a su redil. En cualquiera de los dos casos, es importante ubicarlos en ese contexto: en su contexto.
El problema comienza cuando esa amistad intenta orillarnos a externar nuestra preferencia electoral delante de un grupo, en una red social, en nuestro lugar de trabajo o pena de quedar exhibido de no estar “con ellos”, de no pensar como ellos. Eso también es violencia.
Ojo, porque nadie, pero nadie de nadie, nos puede obligar a empeñar, a endosar, públicamente y por adelantado, nuestro voto, no se vale así sea ante una mesa de trabajo o de bar o de la casa familiar.
Si tu amistad quiere gritar y vociferar su intención de voto es muy su... gusto; si manda mil tuits, cien post en Facebook y decenas de memes, es muy su rollo.
Porque algunos candidatos están haciendo lo mejor que saben hacer: convencer o polarizar, porque a ellos sí les urge saber con quién cuentan aunque con ello formen divisiones en la sociedad. Ellos vienen de partidos políticos, es de decir, de partir a la sociedad y muchos les seguimos su discurso maniqueo, queremos que quienes me rodean me digan si están con mi candidato o “en contra de él”. Naaaaa, no, no es por allí la cosa.
Respetemos tanto a los que se involucran en las campañas como a los que no; honremos la amistad y el compañerismo por encima de preferencias políticas efímeras que no sobrevivirán más de tres o seis años como máximo, y que nos dejarán en nuestros mismos círculos sociales el día 2 de julio.