Fomentarán la lectura en lenguas indígenas
Para crear un programa, realizarán un congreso internacional en Oaxaca, en el que participarán cerca de 70 ponentes de 14 países
Desde hace más de 15 años, la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura ha desarrollado encuentros con mediadores y promotores de lectura, pero todos los programas de fomento habían considerado solo al español como lengua de trabajo, sin reconocerse la diversidad lingüística del país.
Desde la creación de la Secretaría de Cultura y de la integración del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) se empezó a hablar de los derechos culturales de esas comunidades. Entonces “nos dimos cuenta de que nuestro programa sí carecía de fomento a la lectura entre la población indígena en sus lenguas”, dijo Marina Núñez Bespalova, directora de Publicaciones. “Pero antes de decidir había que sentarse y reflexionar desde dónde partes, temas que pueden parecer obvios pero que nosotros no teníamos claros: ¿qué fomentas? ¿Que se lean en lenguas indígenas obras escritas en su origen en otra lengua? ¿El fomento es de ida y vuelta? ¿Si traduzco literatura en español, los indígenas me dan sus productos culturales para fomentarlos entre los hablantes de otros idiomas?”
Son asuntos que dieron origen al primer Congreso Internacional de Fomento a la Lectura en Lenguas Indígenas, a desarrollarse del 14 al 16 de junio en la ciudad de Oaxaca, donde se buscará establecer un diálogo con alrededor de 70 ponentes de 14 países para señalar los caminos a seguir, enfatizó Núñez Bespalova.
“Es muy importante sensibilizar a quienes no somos hablantes de lenguas indígenas de que eso es parte de nuestra realidad y que no puede existir un programa cultural que no los considere. Esto los propios promotores de lenguas indígenas lo mencionaban mucho, porque esa labor a ellos les ayuda para que les presten espacios y ciertos contenidos para trabajar”. Dividido en ocho mesas temáticas, el Congreso es resultado de la reflexión de varias instituciones para desarrollar líneas de trabajo no solo para ser puestas en marcha a corto plazo. “Tuvimos un primer ejercicio en Papantla, pero era un asunto muy restringido, solo enfocado a mediadores de lectura; 30 por ciento de éstos trabaja con comunidades indígenas, y la mitad de ellos es hablante de lenguas indígenas. Ahora, el público se integra de profesores, promotores e interesados en lenguas indígenas”.
Entre los temas del Congreso están la presencia, difusión y fortalecimiento de las lenguas indígenas, el fomento a la lectura a partir de la oralidad —porque “las lenguas se han transmitido de esa manera, lo que también implica transmisión de cultura, de conocimiento y, a final de cuentas, hace lo mismo que un libro”—, la creación literaria, el contexto escolar y hasta el aprovechamiento de las tecnologías. “Y hay otro fenómeno que se está dando en los últimos años: no solo somos un país con 68 lenguas indígenas reconocidas, sino que con los procesos migratorios llegan pueblos de América Latina con lenguas que no estaban registradas aquí, con lo cual se ha generado una fusión y una serie de expresiones nuevas. Esto se ha dado en otros países de América Latina, para lo que incluso ya hay políticas”, explicó Núñez Bespalova.
Un aspecto crucial en los días de reflexión en la capital oaxaqueña es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y las redes sociales, en particular porque hay espacios dedicados a la promoción y traducción de lenguas indígenas, e incluso a darles un espacio en el escenario de la información con la presencia de desarrolladores de Wikipedia o de Mozilla. “Estamos con la SEP, con la CDI, y creo que para nosotros sí va a ser muy interesante enriquecernos con experiencias de otros países, que llevan un camino más andado en distintos aspectos, aun cuando lo más importante es que el trabajo se lleva a cabo sobre la base de los derechos lingüísticos y de acceso a la cultura de todos los mexicanos”, señala Núñez Bespalova.
En el Congreso Internacional de Fomento a la Lectura en Lenguas Indígenas participarán, entre otros, Fernando Nava, que acaba de ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua; la ministra de Políticas Interculturales de Paraguay, Ladislaa Alcaraz de Silveiro, y el brasileño Gilvan Müller de Oliveira, coordinador general de la Cátedra Unesco sobre Políticas Lingüísticas para el Multilingüismo. espués de enterarnos que el jurado del Festival Internacional de Cine de Cannes 2018 otorgó la Palma de Oro a la película Shoplifters del realizador japonés Hirokazu Kore -Eda había que correr al cine para ver El tercer asesinato, anterior filme del director que está en cartelera.
Había leído en la prensa que en El tercer asesinato el guionista y director había dado un giro drástico a los temas, tonos y estéticas de sus filmes De tal padre, tal hijo, Nuestra pequeña hermana y Tras la tormenta pero me parece que no es así. Ciertamente cambió de género ya que desarrolla la trama como thriller entre un asesino y su abogado defensor. Sin embargo, el trasfondo del conflicto, los personajes, diálogos, temas y la estética recuerdan las preocupaciones y el tratamiento dramático que caracteriza su obra. Quizás sorprenda que en El tercer asesinato el director no se contente con “empacar” el todo en la historia y la estética ya que la película no sólo narra la trama sino que la lleva al discurso y cuestionamiento moral y ético acerca de la verdad y la mentira, la justicia y lo justo, la conducta personal y la responsabilidad por el otro.
La primera escena muestra un asesinato nocturno cerca de un río en las afueras de una moderna ciudad japonesa. De los dos hombres que caminan hacia la cámara, uno se convierte en asesino. Reconocemos su rostro, cuando, ya en prisión, admite el crimen frente al equipo del abogado defensor. Consciente de que lo más probable es que el fiscal pida la pena de muerte, el abogado empieza a buscar los motivos y argumentos atenuantes que podrían salvarle la vida. Durante la serie de visitas en los separos de la prisión, los dos hombres establecen un diálogo que, según parece, busca abonar a la defensa. En complicidad con el abogado el espectador escucha con creciente empatía las cambiantes versiones del preso que, al igual que las historias de Sherezade en Las Mil y Una Noches, distraen, confunden y alejan de la realidad.
El diálogo como eje narrativo del filme se enriquece – y problematiza – con los personajes del entorno de los dos hombres: El equipo de abogados, la esposa e hija de la víctima del asesinato. También la imagen aporta detalles e información adicional al espectador que observa con suspenso el creciente desconcierto del abogado y la destreza narrativa del preso. Descubrimos símbolos y metáforas – por ejemplo cruces y cruceros - que nos hacen pensar en sacrificios y dilemas mientras que los argumentos del diálogo abordan cuestionamientos éticos y morales y los reflejos en vidrios y ventanas evocan introspección y cambio de roles.
A través del diálogo y el entorno familiar de los dos hombres afloran los sentimientos de culpa por desatender a los hijos y no haber sabido manejar el entorno familiar. La descripción del Japón moderno es detallista en mostrar los rituales de comunicación, el respeto a las jerarquía, la importancia de cocinar y comer. Cada vez que se reúne, por ejemplo, un grupo de hombres, aparece una mujer que les ofrece te o comida. Con lujo de detalle también se muestra el ambiente laboral y el proceso legal.
Los sonidos del idioma japonés suenan enigmáticos y los subtítulos seguramente sólo ofrecen una síntesis de los diálogos cargados de significado cultural. Pensamos en Kurosawa y su película Rashomon que fue, sin duda, una fuente de inspiración para El tercer asesinato ya que también gira alrededor de las distintas versiones acerca de un asesinato. El tercer asesinato deja al espectador sin respuesta a la pregunta si la corte con su resolución “hizo justicia”. El problema central es por un lado que, según dice la hija de la víctima: “Aquí todos mienten”. Mientras tanto el asesino sostiene: “Existen seres humanos que no merecen vivir”. Como espectador quizás también se valga la conclusión de que vamos al cine para escuchar y ver mentiras y tener el permiso de “moralizar”.m El tercer asesinato