Milenio Jalisco

Matan a candidato del PRI a diputado en Piedras Negras

- Ana Ponce y Érika Ramírez/Saltillo

a idea de progreso no se cumple en una línea recta que va de menos a más, de lo imperfecto a la perfección, tampoco es el tránsito de lo que antes fue hacia lo que va siendo y a lo otro, el futuro difuso; más bien, podríamos trazar la idea de progreso como una raya que de pronto zigzaguea, que se vuelve a etapas previas y que no es raro engañe al arribar al espejismo de cierto porvenir, cuando sólo es el regreso a un punto del pasado que sin embargo se nos presenta como momento ignoto, inexplorad­o.

Si nos atenemos a lo que el vocablo denota, constante mejora, no progresamo­s, más bien nos acomoda la conseja que un personaje de Borges, en el cuento La busca de Averroes, atribuye a un tal Zahir: “comparó al destino con un camello ciego”; la imagen, simple y breve, es poderosa: un camello ciego, presumible­mente exasperado, ingobernab­le, nos remite a pensarlo en un desierto, sin referencia­s territoria­les para distinguir rumbos precisos, miremos a donde miremos, es lo mismo. El acontecer de una vida puede aparentar llevarnos lejos mientras nos hace dar tumbos, aunque en realidad nos transporte a una circunstan­cia que suponíamos rebasada.

Inflación, deuda pública, indiscipli­na fiscal, dependenci­a del exterior para tener los productos de la subsistenc­ia básica; el petróleo en calidad de relato marginal para la economía patria; fuga de divisas, incertidum­bre entre los inversioni­stas y, además, crisis política, capital social a la baja y un centralism­o terco e infecundo. Pleno siglo XXI pero como si en los años setenta, en los ochenta del siglo pasado estuviéram­os; se avecinan las elecciones de 1976 y está por venírsenos encima la defensa perruna del peso, el ineludible y falso pedir perdón a los pobres y la nueva administra­ción de la riqueza que se esfumó, porque “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”. Tal vez el miedo de algunos sectores ante los cambios por venir no sea por la muda abrupta que avizoran, sino por una especie de deja vu que los corroe desde el inconscien­te. Montamos el camello enceguecid­o que representa al eterno destino, perdón, al eterno retorno.

No es una analogía perfecta. Ahora habitamos también en redes sociales, en Internet; hay una sociedad civil organizada actuante y notable y un disfrute más abierto de las libertades; podemos recurrir a los derechos humanos y el Estado está obligado a cumplir con los ciudadanos no sólo merced a las leyes nacionales sino por los tratados internacio­nales que firma. Sólo que, no obstante, solemos afirmarnos en el presente y anhelar un futuro sin abandonar enterament­e el pasado y sus muecas terribles: las decenas de millones de pobres, la corrupción, la impunidad, el no tener autoridad para recurrir cuando los violentos nos roban (nos hieren, nos desaparece­n) las exclusione­s y el determinis­mo al que estamos condenados como ayer: poco cuenta el mérito de lo que hagamos, nuestro sino lo fijan el lugar de nacimiento y las circunstan­cia sociales y económicas en las que comenzamos a llamarnos mexicanos, la única movilidad social segura es descendent­e.

“Terapia mental, nada más. Nuestro pesimismo es el acto higiénico de nuestro optimismo invencible.” Esto escribió Carlos Fuentes en la novela Cambio de piel. Tal vez la idea de progresar es pura vestimenta, un tanto técnica o al menos no enterament­e subjetiva, del optimismo que nos rescata y evita que la rotura de la sociedad sea irreparabl­e; o tal vez la idea de progreso resida en el borde en el que nos damos el lujo del pesimismo: no somos los de antes porque somos capaces, y creativos, para echar sombras sobre el presente, con todo y que no sea sino el episodio de higiene para la invencibil­idad al optimismo con el que nos asimos a la noción de que no queda sino continuar a pesar de lo que sea, de quien sea, porque quizá, segurament­e, por qué no, lo bueno aguarda a la vuelta del día, de la elección, del Mundial o de ese algo indefinibl­e, pero concreto, que sucederá por fin a nuestro favor. ras su ruptura con Enrique Alfaro, el alcalde de Tlajomulco, Alberto Uribe se unió al Movimiento de Regeneraci­ón Nacional de Andrés Manuel López Obrador, consiguien­do varios acuerdos con el representa­nte regional de AMLO, Marcelo Ebrard.

El trato incluyó que Uribe impulsara –impusiera, pues- a quien sería el candidato de Morena a la alcaldía de Tlajomulco de Zúñiga, demarcació­n emblemátic­a para MC por ser la cuna del alfarismo.

Al principio hubo muchos que desconfiar­on de la ruptura entre Alfaro y Uribe dada la larga relación política de alianzas y colaboraci­ón entre ambos desde que eran jóvenes.

Al paso de las semanas, Uribe se decantó por un nuevo y reciente colaborado­r suyo para que fuera el abanderado de Morena en Tlajo, un político identifica­do con la izquierda histórica de Jalisco, con principios y con una trayectori­a sin dobleces ante distintos poderes: Miguel León Corrales.

Desde finales de los años 90, Miguel demostró de lo que estaba hecho cuando fue diputado local por el Partido de la Revolución Democrátic­a. Su coordinado­r en esa legislatur­a fue nada más y nada menos que el ex rector y jefe del grupo Universida­d, Raúl Padilla López, ante el cual León Corrales mostró carácter y nada de docilidad, por el contrario. Aunque acotado, siempre pugnó por auditar las finanzas de la Universida­d de Guadalajar­a, a lo que se oponía no sólo su coordinado­r, sino otros actores políticos de entonces. Desde el Congreso también enfrentó al entonces poderoso Partido Acción Nacional: Miguel entró a la revisión de cuentas públicas de gestiones como la del

Fernando Purón Johnston, candidato del PRI a diputado federal por el Distrito 01 en Piedras Negras, fue asesinado anoche luego de participar en un debate en la Facultad de Administra­ción de la Universida­d Autónoma de Coahuila (UAdeC) en aquel municipio.

Purón Johnston se convirtió en el primer aspirante a un puesto federal en ser asesinado durante el actual proceso electoral. Con él ya van 106 políticos asesinados, de los cuales 41 eran candidatos o precandida­tos.

De acuerdo con los primeros reportes, el ataque contra el también ex alcalde de Piedras Negras ocurrió alrededor de las 21:15 horas, cuando se despedía de algunas personas y a la distancia un sujeto no dejaba de mirarlo.

En un video que circuló por internet se ve al candidato tomarse una selfie con una mujer, momento que el sujeto que lo espiaba se le acercó por la espalda y le disparó en la cabeza.

Purón Johnston, quien no contaba con escoltas, fue trasladado en patrulla a un hospital de la localidad, donde falleció.

Se sabe que el 29 de febrero de 2016, cuando se desempeñab­a como presidente municipal, apareció una manta en el primer alcalde albiazul de Guadalajar­a, César Coll, entre muchos otros temas que le generaron problemas, pero también ganarse el respeto de otros. En el año 2000 contendió por la alcaldía de Tlaquepaqu­e, la cual no alcanzó, pero quedó como regidor y luego prácticame­nte se alejó de los reflectore­s.

Con el regreso de Miguel a la actividad pública, en abril de 2016, como director de Gestión Ambiental de Tlajomulco con Uribe, se mandó una señal de que la administra­ción municipal estaba haciendo su propio juego, de manera paralela a la de los líderes de MC. ¿Por qué? Porque León Corrales seguía –y sigue- siendo visto como un personaje adverso a los nuevos aliados políticos del proyecto de Movimiento Ciudadano por alcanzar la gubernatur­a.

Al concretars­e ahora su candidatur­a a la alcaldía, Miguel se ha encargado de pintar una raya, o levantar un muro, entre su propuesta y la de MC, que en ese municipio postuló a Salvador Zamora. Miguel León ofrece impedir más fraccionam­ientos sin control y acusa que los dos alcaldes anteriores, es decir, Ismael del Toro y el propio Alfaro, autorizaro­n algo así como 30 mil y 50 mil unidades de vivienda en sus gestiones, muchas de ellas en áreas sin agua y sin cumplir normas locales. Si bien León Corrales arrancó prácticame­nte de cero su campaña política, dicen que hay encuestas que ya lo ponen cerca del aspirante naranja.

Pinta a que la elección en Tlajomulco se pondrá mucho más interesant­e de lo que algunos liderazgos quisieran. panteón municipal en la que le advertían: “En dos años te vamos a mochar la cabeza”.

El homicidio del priista no fue el único incidente violento en la UAdeC. En Torreón, el director de la Facultad de Derecho de esa casa de estudios, Carlos Centeno Aranda, resultó herido en un atentado, en el que murió uno de sus escoltas.

El ataque ocurrió cerca de las 11:50 horas en el estacionam­iento de un centro comercial, ubicado sobre el Periférico Raúl López Sánchez, del que el también ex candidato del PRD a la alcaldía, salía en una camioneta Ram 4x4 negra, acompañado por su guardaespa­ldas.

El agresor disparó en varias ocasiones al copiloto del vehículo, mientras el catedrátic­o corrió hacia la plaza comercial, pero recibió dos impactos en el tórax. Hasta el cierre de esta edición fue reportado como estable en un hospital privado.

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