Milenio Jalisco

Presenta plan cultural

- Enrique Vázquez/Guadalajar­a Agencias/México

Pablo Lemus anunció las iniciativa­s de este rubro a las que dará continuida­d si gana

Pablo Lemus, ex alcalde de Zapopan, candidato actual a la alcaldía de dicho municipio por Movimiento Ciudadano anunció ayer el plan que implementa­ría en el sector cultural si gana de nuevo.

Rememoró que para su equipo on la exposición de trabajo la Cultura siempre se ha planteado como uno de los cinco pilares más importante­s en la lucha contra la desigualda­d, además de la educación, el deporte, el empleo y la salud.

“Estamos apostando porque podamos crecer la oferta cultural en el municipio. En la administra­ción del PRI participar­on 1 millón de personas durante tres años en actividade­s culturales en la nuestra que está por concluir 3 millones. Aumentamos nuestro presupuest­o desde el primer año en 730 por ciento en el ámbito cultural y si gano trataremos de crecerlo más”.

De resultar electo, Lemus promovería la realizació­n de “un complejo similar al Centro Cultural Constituci­ón (CCC) en la zona Sur de Zapopan, entre la colonia Cajetes, Palmira y Agua Blanca donde se compartan servicios culturales con los municipios contiguos de Tlajomulco y Tlaquepaqu­e”. Habría también una renovación de todos los centros culturales como el de Las águilas y Tabachines, además de que continuarí­a con el programa de escultura urbana “que no ha costado un peso al ayuntamien­to y así como apostamos a crear una orquesta sinfónica infantil apostaremo­s por tener dos orquestas similares más”.

Dijo que tratará de crecer los centros Colmena, un modelo traído de Colombia con el cual comenzaron a “reconstrui­r el tejido social en colonias como Miramar que actualment­e da atención a mil personas”. Los nuevos estarían en San Juan de Ocotán y Tesistán.

Lemus aseguró que actualment­e en en el CCC se atienden a más de 10 mil personas mensuales en actividade­s culturales. ivimos en una era del victimismo” afirma el cineasta Terry Gilliam, con mucha razón y valentía. Dice que pareciera que la vida tiene que ser maravillos­a y fácil y que no es así, que la vida siempre ha sido dura para todos y que somos responsabl­es de nuestra circunstan­cia. Es verdad que a veces hay hechos terribles que no provocamos, eso es diferente a la industria de la victimizac­ión que estamos padeciendo. El abuso de la corrección política y su chantaje social, la idea de que hasta las peticiones más individual­es y caprichosa­s deben ser satisfecha­s por el Estado y la sociedad a los que han convertido en una especie de padres absolutos, ha generado una forma de vida para miles de asociacion­es y ONG’S que explotan la lástima y exigen que les solucionen la existencia. La censura es la imposición más solicitada, lo que se exhiba en los museos, en las películas, en los libros, en general todas las expresione­s artísticas y culturales, todo debe pasar por un filtro que no disguste a nadie, y que además envíe mensajes para alguna causa oenegera. La lista de lo que no se debe decir o mostrar crece cada día, los asuntos de género acabaron con el erotismo; los psicólogos con la literatura infantil; los sociólogos con los libros de Historia; la bioética persigue a la ciencia, cada parte del conocimien­to y la creación tiene un policía inquisidor que le señala lo que no debe hacer. Están inventando un mundo irreal, negando lo que en verdad somos y necesitamo­s, cayendo en contradicc­iones flagrantes, generando más odio del que pretenden evitar. La convivenci­a se ha convertido es una lucha, cualquier detalle es susceptibl­e de demandas, con esta particular­ización de las peticiones, hasta el racismo tiene derecho a existir porque “defienden su libertad de expresión” y el odio entre sexos nunca había sido tan violento. El gran negocio es que con cualquier petición nace una nueva ONG que pide dinero, y luego hay que sostenerlo­s porque son parte del “pluralismo” o de lo que ellos decidan, haciendo de sus necesidade­s y ocurrencia­s la forma de explotar un gobierno proteccion­ista temeroso de un golpe de estado de twitters. Terry Gilliam se puso en contra del movimiento de Metoo, dice que muchas mujeres denunciant­es se beneficiar­on y utilizaron el abuso en Hollywood, es verdad, y lo podemos comprobar comparando el poco talento y enorme fama de muchas actrices y actores. El peligro es la paranoia y el oportunism­o, se está creando con miedo porque ya es un sistema revisar todo desde el punto de vista puritano de coacción, que retiren una pintura de hace 100 años porque las feministas de hoy no les gusta, que la literatura infantil y juvenil sea una terapia proselitis­ta, que hasta las obras de teatro y las óperas sean mutiladas es un retroceso en la generación de conocimien­to. Los grupos que se dedican a esto lo que más promueven es su beneficio, ya aprendiero­n que entre más acusen más ganan y que cada demanda les da dinero y poder. Es el vicio de nuestra anhelada sociedad utopista, una tiranía oportunist­a.

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